Las enfermedades cardiovasculares constituyen un conjunto de trastornos del corazón y de los vasos sanguíneos. Uno de cada tres fallecimientos que se produce en nuestro país (el 30,09% respecto al total de defunciones) se debe a estas enfermedades, lo que las sitúa como primera causa de muerte por encima del cáncer y de las enfermedades respiratorias. La gran mayoría de estas patologías, incluyendo las más frecuentes, pueden prevenirse actuando sobre los factores de riesgo: la hipertensión arterial, el colesterol elevado, el tabaquismo, la diabetes, el sedentarismo, la obesidad...
Las enfermedades cardiovasculares constituyen un conjunto de trastornos del corazón y de los vasos sanguíneos. Uno de cada tres fallecimientos que se produce en nuestro país (el 30,09% respecto al total de defunciones) se debe a estas enfermedades, lo que las sitúa como primera causa de muerte por encima del cáncer y de las enfermedades respiratorias. La gran mayoría de estas patologías, incluyendo las más frecuentes, pueden prevenirse actuando sobre los factores de riesgo: la hipertensión arterial, el colesterol elevado, el tabaquismo, la diabetes, el sedentarismo, la obesidad...
Resulta imprescindible controlar estos factores de riesgo, pues tener uno aumenta muy significativamente las posibilidades de sufrir una enfermedad cardiovascular pero tener más de un factor de riesgo multiplica exponencialmente estas probabilidades. Tan solo siguiendo una dieta equilibrada (basada en frutas, verduras, pescado, legumbres, poca carne roja…), practicando ejercicio de manera regular (al menos 30 minutos cinco días a la semana) y abandonando el hábito tabáquico, podrían reducirse espectacularmente las estadísticas de enfermedad cardiovascular. Si ya se padece la enfermedad, será necesario adoptar estos buenos hábitos de vida y seguir estrictamente el tratamiento prescrito por el especialista.