La Fundación Española del Corazón ha hecho de la prevención de la enfermedad cardiovascular su misión vital, apostando por la eficacia de la formación desde la infancia, en un estilo de vida cardiosaludable que ayude a controlar los factores de riesgo que dan lugar, con el paso de los años, al desarrollo de la patología cardiaca.
La Fundación Española del Corazón ha hecho de la prevención de la enfermedad cardiovascular su misión vital, apostando por la eficacia de la formación desde la infancia, en un estilo de vida cardiosaludable que ayude a controlar los factores de riesgo que dan lugar, con el paso de los años, al desarrollo de la patología cardiaca.
Dr. Andrés Íñiguez Romo
Presidente Fundación Española del Corazón
Es para mi un honor y a la vez una enorme responsabilidad asumir la presidencia de la Fundación Española del Corazón (FEC).
Honor, por haber sido nombrado presidente de una institución sin ánimo de lucro promovida por la Sociedad Española de Cardiología y sometida al protectorado de Fundaciones, cuyo fin no es, ni más ni menos, que el promover la educación, la prevención y la investigación en materia de salud cardiovascular en la sociedad civil, así́ como el fomento y difusión de hábitos de vida cardiosaludable en la población española.
Responsabilidad, por cuanto el mismo fin de la FEC me obliga a una dedicación y empeño nada desdeñables, y a un ejemplo ante la sociedad civil sobre la que se pretende actuar. Máxime cuando, como presidente, deberé representar a la misma ante toda clase de entidades y organismos, públicos y privados, y sobre todo ante los ciudadanos.
La FEC es una organización con más de 55 años de impecable trayectoria. Nació como Fundación Hispana de Cardiología en 1967 a iniciativa de la Sociedad Española de Cardiología. Fue declarada de utilidad pública en 1984. Y adquirió su denominación actual de Fundación Española del Corazón en 1995, contando desde entonces con S.A.R la Infanta Doña Margarita de Borbón como presidenta de honor.
La FEC cuenta con más de 7.000 miembros con perfil profesional relacionado con las enfermedades cardiovasculares (entre ellos cardiólogos, pero también otros perfiles profesionales, y enfermería en cardiología) y lo más valioso, más de 6.000 ciudadanos afiliados como socios particulares.
La Fundación Española del Corazón ha hecho de la prevención de la enfermedad cardiovascular su misión vital, apostando por la eficacia de la formación desde la infancia, en un estilo de vida cardiosaludable que ayude a controlar los factores de riesgo que dan lugar, con el paso de los años, al desarrollo de la patología cardiaca. Pero debemos hacer aún más, y sobre todo deberemos redirigir su quehacer hacia otro nuevo foco, la promoción de la salud cardiovascular. Sin ello, no conseguiremos disminuir la prevalencia, la incidencia, ni el impacto de las enfermedades cardiovasculares en la sociedad.
Solo cuando hayamos creado suficiente conciencia en la sociedad civil de la relevancia de la salud cardiovascular, conseguiremos tener una población no solo que se autogestione su salud, sino que haga posible una sociedad más sana, más implicada y con más años en cantidad y calidad de vida.
Por último, quisiera dar mi agradecimiento a la Junta Directiva de la SEC, que me ha otorgado el nombramiento, y a todos los presidentes anteriores de la FEC (con especial afecto al último, el Dr. Carlos Macaya) sin cuya dedicación e iniciativas la FEC no sería lo que hoy día es.