Numerosos estudios han demostrado la actividad física tiene efectos beneficiosos para los pacientes que sufren hiperlipidemia, ya que influye sobre los niveles de lípidos plasmáticos (conjunto de grasas que se encuentra en la sangre). Sin embargo, es necesario una consulta médica previa para realizar una evaluación individual con una revisión del aparato cardiovascular y la capacidad física.
Numerosos estudios han demostrado la actividad física tiene efectos beneficiosos para los pacientes que sufren hiperlipidemia, ya que influye sobre los niveles de lípidos plasmáticos (conjunto de grasas que se encuentra en la sangre). Sin embargo, es necesario una consulta médica previa para realizar una evaluación individual con una revisión del aparato cardiovascular y la capacidad física.
El ejercicio ideal
Lo más recomendable es un programa de ejercicio físico aeróbico (caminar, carrera suave, ciclismo, natación, etc.) realizado a intensidad moderada a un 65-70 por ciento de la frecuencia cardiaca máxima y de tres a cinco sesiones por semana.
Beneficios de la práctica deportiva
- Disminuye los niveles de triglicéridos y de colesterol LDL (malo), aumenta el colestrol HDL (bueno) y reduce el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
- Mantiene el peso corporal y previene la obesidad.
- Evita la ansiedad, la depresión y el estrés.
- Ayuda a que el corazón funcione mejor: reduce el número de latidos por minuto, mejora su contracción y desarrolla nuevas arterias.
Qué precauciones tomar
- En las personas con obesidad o sobrepeso, la acción beneficiosa del ejercicio se acentúa si se modifican los hábitos alimenticios: restringir el consumo de alimentos ricos en grasas saturadas y aumentar el de productos con grasas mono y poliinsaturadas. Sin una dieta cardiosaludable es más difícil lograr los objetivos.