Los pescados y mariscos son esenciales para la salud cardiovascular. Forman parte de la dieta mediterránea, que ayuda a protegernos contra las enfermedades no transmisibles, entre ellas la diabetes, el cáncer y las enfermedades cardiovasculares. Y además, cuentan con propiedades específicas que se traducen en beneficios directos para nuestro corazón.