Alrededor de la mitad de la población tiene alguna alteración del ritmo cardiaco. Sin embargo, no todas esas alteraciones, llamadas arritmias, nos avisan de un problema. Algunas no indican nada. Es el caso las extrasístoles, que no afectan al funcionamiento cardiaco. Pero otras sí son una señal de que hay algo que está fallando.
Este dispositivo electrónico envía impulsos al corazón para que mantenga el ritmo normal. Su implantación se realiza mediante una pequeña incisión debajo de la clavícula.