Los antioxidantes contribuyen a tener un sistema inmunológico sano y a prevenir el desarrollo de enfermedades como el cáncer, el infarto de miocardio, el ictus y los procesos neurodegenerativos. Pero, ¿de qué forma actúan en nuestro cuerpo? ¿Y cómo podemos incorporar estos agentes a nuestro organismo?