La rehabilitación cardiaca es un programa completo destinado al paciente que tiene una enfermedad cardiaca o ha sido operado de corazón.
La rehabilitación cardiaca es un programa completo destinado al paciente que tiene una enfermedad cardiaca o ha sido operado de corazón.
Se ha constatado que la mortalidad por enfermedad cardiaca disminuye entre un 20 y un 30 por ciento si se lleva a cabo esta clase de rehabilitación. El porcentaje aumenta hasta un 43 por ciento si el programa se cumple en su totalidad, no sólo en el aspecto del ejercicio físico.
El programa de rehabilitación incluye un apartado de prevención secundaria para que el propio paciente controle los llamados factores de riesgo (colesterol, hipertensión, dietas nocivas para el corazón…) y que aprenda hábitos de vida positivos que harán más difícil una recaída.
También se estudia el tipo de vida laboral que desarrolla el paciente. Es evidente que están desaconsejados los trabajos que exijan esfuerzos físicos violentos, pero lo normal es que no haya problema y que el paciente se adapte sin problemas a su ritmo de su vida anterior.
Pero posiblemente el apartado más importante de un programa de rehabilitación cardiaca sea el entrenamiento físico. Debe ser individualizado para cada paciente y tiene que alcanzar la llamada frecuencia cardiaca de entrenamiento, que se determina según el resultado de la ergometría o prueba de esfuerzo. Si el paciente es de alto riesgo o su estado de salud lo aconseja, debe realizar su rehabilitación cardiaca en un centro médico. Aquéllos que tienen un bajo riesgo pueden realizarlo fuera del hospital.
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Este tipo de programas tiene que ser dirigido por un cardiólogo. El especialista es el único capaz de detectar y valorar los cambios en el estado del paciente cardiaco y, por lo tanto, adecuar el programa de ejercicio en cada circunstancia. Por ello, es preciso que también en las sesiones de entrenamiento fuera de los hospitales exista la figura del cardiólogo, ya que se garantiza la atención inmediata al paciente si fuera necesaria. Si el programa es muy amplio, algunos pacientes de riesgo muy bajo pueden entrenarse en centros de salud o instalaciones deportivas, siempre bajo la supervisión de un médico de familia o un especialista en medicina del deporte que hayan sido formados en rehabilitación cardiaca por un cardiólogo.
También debe haber una enfermera entrenada en reanimación cardiopulmonar y que disponga del material adecuado para asistir al médico en caso de problemas
Finalmente, para que la rehabilitación cardiaca sea completa, debe cubrir los aspectos psicológicos del paciente, lo que le ayudara a enfrentarse a su vuelta al trabajo, sus relaciones personales, su cumplimiento terapéutico, etc.