El diagnóstico de la fibrilación auricular (FA) suele confirmarse mediante un electrocardiograma (ECG). Se trata de una prueba simple, no dolorosa, mediante la cual se registra la actividad eléctrica del corazón, lo que permite una valoración del ritmo cardiaco.
El diagnóstico de la fibrilación auricular (FA) suele confirmarse mediante un electrocardiograma (ECG). Se trata de una prueba simple, no dolorosa, mediante la cual se registra la actividad eléctrica del corazón, lo que permite una valoración del ritmo cardiaco. Para poder diagnosticar la FA es imprescindible que esta alteración del ritmo se dé en el momento en que se realice el ECG. Por ello, cuando el paciente solo nota molestias durante periodos cortos de tiempo (pocos minutos u horas), el diagnóstico puede resultar más difícil. En estos casos, se dispone de dispositivos que permiten obtener un ECG de forma continua durante uno o dos días.