El primer aviso fue en 1987, como consecuencia de una embolia que me mantuvo en el hospital durante unos días. Tras este amago, retomé sin problemas mi ritmo de vida, pero un par de años después, empecé a sentir una ligera opresión en el lado izquierdo del pecho. En principio no me preocupó demasiado, aunque los doctores me aconsejaron que fuera a Barcelona para que me hicieran un cateterismo, que evidenció que tenía las arterias obstruidas casi un 100 por ciento.
El primer aviso fue en 1987, como consecuencia de una embolia que me mantuvo en el hospital durante unos días. Tras este amago, retomé sin problemas mi ritmo de vida, pero un par de años después, empecé a sentir una ligera opresión en el lado izquierdo del pecho. En principio no me preocupó demasiado, aunque los doctores me aconsejaron que fuera a Barcelona para que me hicieran un cateterismo, que evidenció que tenía las arterias obstruidas casi un 100 por ciento.
Los cardiólogos recomendaron intervenir con celeridad, algo que nos sorprendió, a mi familia y a mí, porque yo hacía una vida normal. En el verano de 1991, entré en el quirófano para que el Dr. Borín, quien había intervenido a Johan Cruyff, entonces entrenador del F.C. Barcelona, me realizara un triple bypass. A las dos semanas ya estaba de vuelta en mi casa de Girona.
Los siguientes años fueron perfectos. Sólo debía controlar la sal de las comidas y tomar la medicación. Con el tiempo volvieron las leves molestias respiratorias en el pecho. En septiembre de 2003, debido a que dos arterias no funcionaban del todo bien, los doctores me intervinieron otra vez. Actualmente, disfruto de una buena calidad de vida; cuido mis comidas; no fumo; bebo una copa de vino o de cava de vez en cuando, y camino a diario.
Además, como vicepresidente de la Associació Gironina de Prevenció i Ajuda a les Malalties del Cor (Gicor), visito a los enfermos cuando salen de la UVI tras una operación. Suelen estar asustados y nosotros les damos información y ánimo para que se convenzan de que saldrán adelante. Puedo garantizarles que la vida no termina con una enfermedad cardiovascular.