Una mañana de 2005, después de desayunar, empecé a encontrarme mal, sentía un ardor muy fuerte en el estómago. Esperé un buen rato sin que la sensación cediera hasta que decidí acudir al Centro de Atención Primaria donde después de hacerme un electrocardiograma me derivaron al Servicio de Urgencias del centro hospitalario comarcal. Una vez ahí me ingresaron para realizarme todo tipo de pruebas.
Una mañana de 2005, después de desayunar, empecé a encontrarme mal, sentía un ardor muy fuerte en el estómago. Esperé un buen rato sin que la sensación cediera hasta que decidí acudir al Centro de Atención Primaria donde después de hacerme un electrocardiograma me derivaron al Servicio de Urgencias del centro hospitalario comarcal. Una vez ahí me ingresaron para realizarme todo tipo de pruebas.
Tras estar casi todo el día en Urgencias, fui dado de alta con un diagnóstico de dolor estomacal, para el cual me indicaron un antiácido. Sin embargo, al cabo de dos horas, volví a ingresar en Urgencias porque presentaba un fuerte dolor de pecho. El equipo de Cardiología que me atendió no entendía cómo me habían dado de alta. Tras estabilizarme, el cardiólogo me informó que debía someterme a un cateterismo para descartar posibles lesiones. Estuve ingresado en planta y, la noche siguiente, después de sufrir tres repeticiones del mismo dolor, fui ingresado en la UVI. Siete días después me realizaron el cateterismo y detectaron una lesión de tres vasos con estenosis del 90 %, 75 % y 65 %. A los doce días me practicaron una revascularización coronaria con la arteria mamaria y la vena safena.
Afortunadamente he superado la enfermedad y un episodio depresivo derivado del no saber por qué me pasaba esto a mí con 40 años recién cumplidos, ya que me consideraba una persona sana. Siempre he practicado deporte, he llevado una dieta saludable y nunca he fumado. Aunque bien es cierto que padezco hipertensión arterial y tengo antecedentes familiares de enfermedades cardiacas.
Ahora hago deporte a diario, practico running tres días por semana, y montañismo, una actividad con la que he conseguido superar los 3.485 metros de altura. También he hecho 780 km del Camino de Santiago a pie y comencé otro tramo por la cordillera Cantábrica. En total, quizás lleve recorridos unos 5.000 km.
Desde aquí quiero animar a todas las personas que tienen una enfermedad cardiovascular, y decirles que todo se supera con ánimo y ganas de vivir.
Rafael Ruiz Ruiz