Según la Revista Española de Cardiología (REC), unas 30.000 personas pierden la vida en nuestro país por una parada cardiorrespiratoria, unas cifras que podrían verse reducidas mediante la "cadena de supervivencia". En 2015, el Consejo Europeo de Resucitación Cardiopulmonar (CERP) actualizó las recomendaciones sobre el soporte vital y la resucitación cardiopulmonar, ya que un testigo presencial, sea o no profesional de la medicina, puede actuar frente a una persona que sufre una parada cardiorespiratoria.