Con motivo de la conmemoración, mañana del Día Mundial de los Trasplantados, la Fundación Española del Corazón (FEC) quiere recordar que la tasa de éxito del trasplante de corazón es muy elevada. El 90% de las personas que reciben un nuevo corazón lo acepta correctamente y puede llegar a tener una vida normal si controla sus factores de riesgo.
“La esperanza de vida de un paciente trasplantado de corazón es de unos doce años tras la operación, aunque en muchos casos esta cifra es muy superior, ya que la media tiene en cuenta a los pacientes que pueden fallecer en cualquier momento de la evolución del trasplante, incluyendo el periodo perioperatorio inmediato, lo que reduce ostensiblemente la esperanza de vida”, informa el Dr. Juan Delgado, miembro de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y de la Unidad de Insuficiencia Cardiaca y Trasplante del Servicio de Cardiología del Hospital 12 de Octubre de Madrid. “También debemos tener en cuenta que los pacientes que reciben el trasplante cardiaco suelen estar por encima de los 60 años, por lo que la esperanza de vida del que recibe el trasplante es la que le corresponde a esa persona por edad”.
Diversos estudios demuestran que la calidad de vida de la persona trasplantada es superior a la de pacientes que sufren enfermedades crónicas, como es el caso de la diabetes. “Una vez superado el primer año tras la operación, que es cuando más complicaciones pueden aparecer, como por ejemplo infecciones, estas personas tienen una calidad de vida próxima a la de la población general”, afirma el Dr. Delgado.
“Este tipo de pacientes sí que tiene más probabilidades de padecer otros problemas cardiovasculares, pero una adecuada prevención y tratamiento permiten superar este riesgo. Desde la FEC queremos recordar a los trasplantados que una actitud cardiosaludable les permitirá llevar una vida normal; por ello, deben seguir una dieta sana, realizar actividad física regular, seguir estrictamente los horarios en la toma de su medicación, evitar hábitos tóxicos como el tabaquismo y protegerse de la exposición directa al sol”, recomienda el doctor.
En pacientes crónicos, un aspecto que también debe tenerse en cuenta es su entorno, “la figura del cuidador es muy importante en la vida de un trasplantado, sin embargo, la sobrecarga que recibe no es muy elevada cuando la comparamos con la de otras enfermedades crónicas. En general, la familia debe facilitar una relación de normalidad con el paciente trasplantado y estar dispuesta a ayudar como lo harían en cualquier otro proceso. Es recomendable evitar el contacto directo con el paciente cuando padecen un proceso catarral, gripe o gastroenteritis aguda, por la posibilidad de contagiar el proceso”, expone el Dr. Delgado.
El trasplante cardiaco es una técnica muy estandarizada para el tratamiento de la insuficiencia cardiaca avanzada.
El primer trasplante que se realizó en nuestro país con éxito fue en el año 1984 y desde entonces ya se han llevado a cabo más de 6.000, con entre 230 y 250 nuevas operaciones cada año.