La vida de este actor y humorista, aficionado al boxeo, al teatro y al fútbol, podría ser el guión perfecto de una película. Nació en el Museo del Prado y debutó en el cine hace más de 50 años. Su exitosa carrera se vio truncada en 1975 debido a un grave accidente de tráfico que le apartó de los escenarios. En 1998, después de 23 años retirado, volvió a la gran pantalla en Torrente: el brazo tonto de la ley, un filme que le valió el premio Goya al mejor actor de reparto.
La vida de este actor y humorista, aficionado al boxeo, al teatro y al fútbol, podría ser el guión perfecto de una película. Nació en el Museo del Prado y debutó en el cine hace más de 50 años. Su exitosa carrera se vio truncada en 1975 debido a un grave accidente de tráfico que le apartó de los escenarios. En 1998, después de 23 años retirado, volvió a la gran pantalla en Torrente: el brazo tonto de la ley, un filme que le valió el premio Goya al mejor actor de reparto.
Decía el doctor Gregorio Marañón que no había enfermedades sino enfermos. Y yo creo que tenía razón, que lo más importante siempre es el aspecto humano. Yo mismo, tras sufrir el infarto de micocardio, me he recuperado mejor al volver a sentir tan próximo el cariño del público y el contacto con la gente.