Resulta fundamental que desde los hogares y las escuelas se eduque a los niños con hábitos de vida saludables.
Más de la mitad de los fallecimientos de mujeres por causas cardiovasculares, podrían disminuir a través de medidas de prevención asequibles, junto con la reducción y control de la obesidad, el tabaquismo, la hipertensión y el alto índice de colesterol.
Uno de los principales objetivos de la XXIV Semana del Corazón en promocionar y difundir socialmente los beneficios que se derivan de una vida sana.
La educación resulta clave para asumir y mantener hábitos de vida sanos
“La población española está cada vez más informada sobre los hábitos de vida saludables; sin embargo, el estar informado no siempre se acompaña de un seguimiento de estas recomendaciones”, reconoce la Dra. Milagros Pedreira, presidenta del Grupo de Trabajo de Enfermedades Cardiovasculares en la Mujer de la (Sociedad Española de Cardiología (SEC).
Recientemente se ha publicado un estudio de la Universidad de Cambridge en el que se ha demostrado que llevar una vida saludable —no fumar, beber entre 1/2 y 7 copas de vino a la semana, comer 5 porciones de fruta/verduras al día y no tener una vida sedentaria— está relacionado con la posibilidad de vivir hasta 14 años más que una persona que no tuviera estos hábitos. “Aunque se trata de un estudio observacional y puede tener sus limitaciones, es indiscutible que no sólo se viven más años cuando se mantienen hábitos saludables, sino que también se vive mejor”, destaca la Dra. Pedreira.
No fumar, hacer ejercicio físico de forma regular, seguir una dieta sana y evitar un consumo excesivo de alcohol son los pilares esenciales de una vida sana. En los últimos años se han multiplicado las campañas divulgativas desde las escuelas y desde otras instituciones para fomentar el conocimiento social de estas pautas de vida sana y para favorecer su incorporación a la rutina diaria. Con todo, los resultados aún son discretos. De ahí el esfuerzo que se ha realizado en esta Semana del Corazón en promocionar y difundir socialmente los beneficios que se derivan de una vida sana, contando para ello con la colaboración de importantes empresas, como Eroski.
Entre los factores que explicarían este escaso impacto de las campañas de divulgación, la Dra. Pedreira apunta varias causas: “los propios profesionales de la Medicina no mostramos a los pacientes nuestros convencimiento de la necesidad y, sobre todo, de la capacidad que tienen para adoptar estos hábitos, y ellos mismos en ocasiones ni lo intentan”. Por otra parte, “aunque hay información sobre lo que es una vida saludable, socialmente se favorece el sedentarismo, el sobrepeso...”.
Buscando soluciones
Este no es un problema exclusivo de España, una situación que se repite en la gran mayoría de los países avanzados, en los se hace menos ejercicio, se favorece una vida sedentaria, es especialmente frecuente el estrés y se siguen dietas ricas en grasas (comidas rápidas,...).
Los expertos tratan de ofrecer soluciones que sirvan para modificar esta grave tendencia. “Es fundamental que desde los hogares y las escuelas se eduque a los niños en estos hábitos”, subraya la Dra. Pedreira. Ya para los más mayores, “es indispensable continuar aportando informaciones rigurosas y sencillas, y facilitando el acceso a alimentos sanos, actividades físicas entretenidas e incorporando estas costumbres a nuestra vida cotidiana de forma natural”, sentencia.
Vida sana, vida feliz
“Lógicamente, cuando uno tiene que cambiar por completo sus costumbres, puede sentir que está haciendo un sacrifico; pero debe hacerlo con el convencimiento de que le reportará grandes beneficios y se traducirá en un mayor bienestar y, por tanto, en mayor felicidad”, destaca la Dra. Pedreira.
Todos los hábitos de vida saludables conocidos, como no fumar, dieta sana y ejercicio regular, son imprescindibles para asegurar una adecuada prevención cardiovascular. Aunque en cada persona se puede priorizar alguno de ellos, lo ideal es seguir una estrategia global que incluya todas estas medidas. La principal consecuencia no es sólo que se viva mejor, sino que también se viven más años.
En el caso de los españoles, existen algunos hábitos de vida saludables que son más difíciles de incorporar en nuestra rutina. “Algo que aún cuesta mucho en algunos ámbitos es reducir el consumo de alcohol a lo que puede considerarse ‘saludable’ (aproximadamente 1 vaso de vino al día)”, reconoce esta experta. Mantener una actividad física tan simple como caminar entre 30-40 minutos 5 días por semana parece también una tarea complicada de incluir en nuestro devenir diario.
En las mujeres, la inclusión de hábitos de vida saludables adquiere una importancia especial, dada la creciente relevancia de la enfermedad cardiovascular en este colectivo. Según datos de la Sociedad Española del Corazón (SEC), más de la mitad de las defunciones e incapacidades femeninas, causadas por enfermedades cardíacas, podrían disminuir con la combinación de medidas de prevención asequibles, junto con la reducción y control de la obesidad, el tabaquismo, la hipertensión o el alto índice de colesterol.