Hace ya tres décadas se filtraba una noticia que asombraba a todo el mundo: el corazón del entonces joven ciclista Miguel Indurain latía con una frecuencia cardiaca de 28 latidos por minuto (lpm) en reposo, una cifra muy por debajo de la del común de los mortales. De hecho, en términos cardiológicos se hablaría de bradicardia, ya que este tipo de arritmia se define como una frecuencia...