La Fundación Española del Corazón (FEC) celebrará esta tarde, a las 18:00 horas, en la Casa del Corazón, y en el marco de la celebración de la Semana de la Ciencia estos días en Madrid, la conferencia ‘Sexo y cardiopatía. ¿Un tándem posible?’, en la que se abordarán las principales inquietudes y dudas en torno a este tema, que se estima que afecta, aproximadamente, al 52% de los españoles que han sufrido alguna cardiopatía.
En la conferencia participarán el miembro de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y jefe de la Unidad de Rehabilitación Cardíaca del Hospital Ramón y Cajal, de Madrid, el Dr. José María Maroto, y el jefe del Servicio de Urología del Hospital La Zarzuela, el Dr. Ignacio Moncada.
La vida sexual es uno de los aspectos que más cuesta recuperar y normalizar tras un evento cardiovascular. Esta problemática ha hecho que, cada vez más, dos especialidades, Cardiología y Urología, trabajen conjuntamente con el fin de lograr una recuperación definitiva del paciente.
Los programas de rehabilitación cardiaca, con actuaciones a nivel físico y psicológico, facilitan el control de los trastornos sexuales. Concretamente, en un estudio realizado en el Hospital Ramón y Cajal en 421 pacientes con infarto de miocardio y edad media de 56 años, la incidencia de disfunción eréctil es del 52%. En las mujeres con cardiopatía isquémica la disfunción sexual se presenta aún en mayores porcentajes y el tratamiento es bastante más complejo.
Entre otros temas que se tratarán durante la conferencia, destacan las recomendaciones a seguir en torno al mantenimiento de la vida sexual tras un episodio agudo cardiovascular. En este sentido, los expertos opinan que lo recomendable es que, tras quince días o un mes, se reanude la actividad sexual poco a poco y paulatinamente, hasta normalizarla. En realidad, la actividad sexual, destaca el Dr. José María Maroto, “es una forma de ejercicio más, equivalente a subir dos pisos de una escalera, y recomendable para los cardiópatas, siempre y cuando se practique sin sensación subjetiva de esfuerzo excesivo, con la pareja habitual y tras el consejo de su médico”.
Además, el Dr. Maroto ha destacado, en el estudio previamente descrito, que el 80% de los pacientes tratados responde satisfactoriamente al tratamiento instituido, por lo que “podría decirse que en la gran mayoría de los casos es un problema que tiene una solución eficaz”.
En general, los expertos recomiendan reanudar la actividad sexual, similar a la que se mantenía antes de sufrir algún evento cardiovascular, una vez pasados 15-30 días. Para seguir un tratamiento con inhibidores de la fosfodiesterasa-5 con el fin de solucionar la disfunción eréctil es preferible esperar de seis a ocho semanas, tras un estudio cardiológico que descarte contraindicaciones.
Según el Dr. Maroto, “el sexo tras una cardiopatía es recomendable para el corazón, tanto por el ejercicio realizado, como para la recuperación de la autoestima y la vida normal”.