Con motivo de la conmemoración, mañana, del Día Mundial de la Hipertensión, la Fundación Española del Corazón (FEC) destaca que existe una relación directa entre los pacientes hipertensos con psoriasis y la gravedad de la hipertensión, que puede llegar a ser hasta cinco veces más alta en los pacientes que sufren esta enfermedad cutánea.
Así lo ha demostrado un estudio realizado por la Universidad de California y publicado en la revista PLOS ONE, que incluyó a 1.044 personas que padecían ambas enfermedades (psoriasis e hipertensión) que fueron comparadas con 2.418 personas que únicamente padecían hipertensión arterial. Tras el análisis de los datos recopilados entre 2004 y 2009, los investigadores detectaron que los pacientes hipertensos con psoriasis eran hasta cinco veces más propensos a necesitar tratamiento antihipertensivo, 9,5 veces más propensos a necesitar tratamiento de acción dual, 16,5 veces más propensos a usar terapias de triple acción y 19,9 veces más propensos a necesitar terapia cuádruple.
El estudio demuestra, así, que las personas hipertensas que padecen psoriasis se muestran más resistentes a los fármacos o con valores de hipertensión más elevados y, en estos casos, el hecho de llevar una alimentación saludable, mantener un peso adecuado y realizar ejercicio de manera regular no es suficiente para lograr disminuir los niveles de la hipertensión, ya que esta se produce a raíz de una enfermedad inflamatoria, no únicamente a causa de malos hábitos de vida.
El estudio sugiere que la endotelina-1, una proteína que contrae los vasos sanguíneos y aumenta la presión arterial, puede ser una de la explicaciones del desarrollo de la hipertensión en pacientes con psoriasis quienes tienen un nivel de esta proteína superior a las personas que no padecen la enfermedad, lo que contribuye al desarrollo de la hipertensión.
Para el Dr. Alberto Cordero, secretario de la Sección de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología y miembro de la FEC, "la psoriasis es una enfermedad autoinmune e inflamatoria crónica, es decir, existe una inflamación en la dermis, y se sabe que todas las enfermedades inflamatorias aumentan el riesgo cardiovascular porque también producen inflamación de la pared arterial. Además, algunas de estas enfermedades afectan al riñón y se tratan con fármacos que pueden subir la tensión, como los antiinflamatorios, los corticoides y algunos tratamientos específicos para enfermedades reumatológicas", y añade, "en el caso de pacientes con enfermedades inflamatorias, existen muchos mecanismos implicados en el proceso hipertensivo como son la inflamación y el tratamiento farmacológico. Es por ello que son pacientes más difíciles de controlar y de tratar. Además, en el caso de los pacientes con artritis psoriásica (aquellos con infamación en las articulaciones) hay que tener en cuenta que suelen ser más sedentarios y con más limitaciones y este es otro factor qua favorece el desarrollo de la hipertensión".
El Dr. Cordero insiste en que, "en estos casos, los pacientes no tienen hipertensión esencial sino que desarrollan la enfermedad en base a otra patología crónica y, por lo tanto, son más difíciles de tratar. La hipertensión puede derivar de la propia enfermedad o bien del tratamiento de esta. Es por ello que el tratamiento de estas personas se adecúa a cada una de ellas con el objetivo de mitigar el dolor y los efectos de la enfermedad inflamatoria evitando el aumento de la presión arterial".
Objetivo: el control del paciente hipertenso
La FEC recuerda que a pesar de que los registros muestran que se ha conseguido mejorar el control de los pacientes hipertensos (hace unos años solo estaban controlados un 30% de los pacientes y en la actualidad se ha alcanzado la cifra del 55%) aún queda mucho trabajo por hacer.
Y es que en España hay 11 millones de hipertensos y las defunciones por esta causa están aumentando peligrosamente en los últimos años. Así, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), mientras que en el año 2003 las enfermedades hipertensivas fueron las causantes del 4,8% del total de defunciones por causa cardiovascular, en el año 2012, esta cifra prácticamente se ha doblado, siendo las responsables del 8,4%.
El Dr. Cordero insiste en que, "informar y educar bien a los pacientes es esencial para conseguir mejorar el control del paciente hipertenso. Hay que tener en cuenta que existen más de cinco familias distintas de fármacos para tratar esta patología, muchos de los cuales son genéricos, es decir, son fármacos accesibles y de buena calidad pero aún así, no se administran lo suficiente o los pacientes no son conscientes de la importancia de tomar correctamente la medicación, comer sin sal, y realizar ejercicio".
Las unidades específicas de hipertensión y los tratamientos individualizados ayudan a este control de los pacientes pero solo se tratan en estas unidades a los pacientes resistentes o de muy alto riesgo.
La FEC recuerda que la hipertensión es uno de los principales factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular y que para prevenir su aparición es importante no fumar, moderar el consumo de alcohol, controlar el peso, realizar ejercicio diariamente y mantener una alimentación cardiosaludable rica en frutas y veduras y baja en grasas saturadas. Además, en el caso de las personas que sufren hipertensión, es esencial seguir el tratamiento farmacológico indicado por su especialista.