La FEC, gracias a la colaboración de la Fundación AstraZeneca, realizará hoy, a partir de las 18.30 horas, una mesa redonda titulada ‘Tras el infarto, comprométete con tu salud’ que pretende dar a conocer la situación de los pacientes tras sufrir un infarto agudo de miocardio. Para todos aquellos que quieran seguirlo, el evento se transmitirá en directo online a través de la web de la FEC.
Además, es posible realizar preguntas a través de las redes sociales Twitter y Facebook utilizando el hashtag o etiqueta #traselinfarto, o bien enviándolas por email a web@fundaciondelcorazon.com.
El debate estará moderado por el Dr. José Luis Palma, vicepresidente de la FEC, y presidido por el Dr. Leandro Plaza, presidente de la FEC, quien afirma que "esta mesa redonda es una perfecta ocasión para dar a conocer la situación del paciente tras el infarto e insistir en la importancia de la prevención primaria y secundaria". Además, participaran en la mesa redonda el Dr. Esteban López de Sa, miembro de la SEC, quien evaluará el cumplimiento del tratamiento farmacológico tras el infarto por parte del paciente, y la Dra. Julia Vidal Fernández, Psicóloga Clínica y Directora de Área Humana Psicología y colaboradora de la FEC, quien explicará los principales impactos psicológicos que sufren las personas tras un infarto y dará recomendaciones tanto a pacientes como a familiares para abordar este problema.
Impacto psicológico del infarto de miocardio
Según los estudios realizados por Van-Melle et cols. (2004) y Sarham (2003), aquellas personas que, tras haber sufrido un infarto, no detectan ni tratan la depresión, incrementan al doble la probabilidad de sufrir un segundo infarto. Es por ello que el tratamiento de las emociones como la angustia, el miedo u otros síntomas depresivos tras el infarto es esencial para la correcta recuperación del paciente. El estrés psicosocial, la falta de apoyo social, la ansiedad, la ira y la depresión se han establecido como factores de riesgo en la aparición y cronificación de las enfermedades cardiovasculares. Cabe destacar que distintos estudios apuntan a que aproximadamente un 20% de los pacientes que ha padecido un infarto sufre depresión.
Según el Dr. López de Sa, miembro de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), "no se conoce el porqué de la relación entre las personas que sufren depresión y el aumento de sufrir eventos cardiacos como el infarto agudo de miocardio pero es cierto que existe una relación y que estos pacientes tienen peor pronóstico. Las personas depresivas siguen menos controles ya que adoptan una actitud más negativa ante la enfermedad. Además, existen antidepresivos que pueden tener efectos cardiovasculares adversos, especialmente los antiguos".
Para determinar si un paciente sufre depresión es necesario realizar una evaluación detallada de su situación ya que cada persona reacciona de manera diferente tras el evento cardiaco. No obstante, existen algunos síntomas que cabe tener en cuenta:
- Cambios en el carácter y el ánimo: suelen estar más apáticos, tienen menos ganas de salir y realizar las actividades habituales o pueden estar tristes, malhumorados e inseguros.
- Cambios en sus hábitos diarios: duermen peor, comen mucho más o mucho menos que antes, se sientes más débiles o más cansados
- Cambios cognitivos: tienen más dificultad para concentrarse o pueden olvidar algunas cosas con más frecuencia que antes
El principal problema es que, a menudo, los síntomas de la depresión no se perciben ya que tanto médicos como pacientes pueden pensar que la depresión es una reacción normal tras la enfermedad cardiovascular. Además, algunos síntomas, como el insomnio o la fatiga, son comunes a la enfermedad coronaria.
Según Dña. Julia Vidal Fernández, Psicóloga Clínica y Directora de Área Humana Psicología, "es fundamental entender que no solamente debe existir un abordaje médico sino que los aspectos psicológicos y conductuales son importantísimos para la recuperación del paciente. Los aspectos emocionales, psicológicos y conductuales son los que van a permitir que el paciente llegue a adoptar hábitos de vida saludables, "olvide" que ha padecido un infarto y se centre en cuidarse y en vivir. Para ello es esencial que el paciente reconozca cómo está sin tener miedo, que no deje de hacer su vida (dentro de sus posibilidades físicas tras el infarto), que no se sobreproteja y, sobretodo, que no adopte la etiqueta de enfermo. Un correcto abordaje de los aspectos psicológicos ayuda a la recuperación del paciente y mejora la adherencia al tratamiento farmacológico", y añade que, "tan importante es concienciar al paciente como a su entorno más próximo. Lejos de lo más conveniente, muchos de los familiares sobreprotegen al paciente cuando lo más beneficioso sería intentar ayudar a que este normalice la situación. Es por ello, que es importante trabajar tanto con el paciente como con su entrono más cercano" .
El impacto negativo del infarto agudo de miocardio en la salud mental se ve reflejado en que el 84% de los pacientes tiene una percepción negativa de su calidad de vida según el trabajo publicado en la Revista Ciencia y Cuidado.
¿Cumplimos los españoles con la medicación después de un infarto?
Otro de los temas que se abordarán esta tarde será el cumplimiento de la medicación tras el infarto. Más del 50% de los pacientes abandona algunos de los fármacos a los 2 o 3 años tras haber padecido un infarto agudo de miocardio. Estas cifras oscilan dependiendo de si el enfermo ha sido tratado en una unidad de rehabilitación cardiaca además de otros factores como su nivel cultural (aquellos que son atendidos mediante programas específicos en unidades de rehabilitación cardiaca abandonan menos el tratamiento).
El Dr. Esteban López de Sa explica que, "hay tratamientos que se abandonan más que otros. Los fármacos que se dejan de tomar con más frecuencia son los que regulan los niveles de colesterol ya que cuando los análisis muestran resultados positivos, el enfermo considera que ya está bien y que no necesita tomarlos. Es importante que continúe el tratamiento ya que las personas que ya han sufrido un infarto deben tener los niveles de colesterol muy bajos pues esto les ayuda a reducir la arteriosclerosis. En segundo lugar se suele abandonar el tratamiento con betabloqueantes. Siendo el que menos se abandona, el uso de la aspirina (el más barato)", y añade que, "actualmente el tiempo de hospitalización del paciente de infarto es muy breve y, tal vez, queda poco clara la importancia de tomar la medicación. Así, cuando pasa el tiempo se va abandonando la medicación. Es muy importante que se explique y se entienda que la medicación tiene un efecto positivo a medio y largo plazo ya que las personas que abandonan la medicación tienen peor calidad de vida, mas recaídas y peor evolución".
El abandono de la medicación puede suceder a causa de varios factores. Para algunos de los pacientes dejar de tomar la medicación es un mecanismo de negación ya que no aceptan la situación de padecer la enfermedad y consideran que no necesitan tomar ningún medicamento. Además intervienen aspectos relacionados con la propia personalidad del paciente (a algunos les cuesta mantener el hábito de tomar la medicación). "Otro hecho destacable es que los pacientes toman la medicación correspondiente a aquellas patologías que producen síntomas y la mayoría de medicinas que se toman después del infarto son preventivas, tienen el objetivo de evitar recaídas. Al no responder a un dolor concreto, quedan en un segundo plano" comenta el Dr. López de Sa.
Unidades de Rehabilitación Cardíaca
Lo ideal es que el paciente sea atendido en una Unidad de Rehabilitación Cardiaca, unidades multidisciplinarias que cuentan con cardiólogos, psicólogos, médicos rehabilitadores, enfermeros y, en algunas ocasiones, dietistas u otros profesionales que les ayudan a realizar un plan de vida individualizado. Así, mediante la información y el tratamiento individualizado se mejora la aceptación de la enfermedad, la adquisición de hábitos saludables y el seguimiento del tratamiento prescrito.
El Dr. López de Sa insiste en que "actualmente los enfermos con infarto de miocardio están únicamente tres días en el hospital y en ese periodo de tiempo es imposible que el enfermo se replantee la vida y cambie sus hábitos. Necesitan un tiempo para asimilar cómo comer, qué ejercicio hacer, cómo tomar la medicación y determinar qué es importante y qué no lo es".
Dña. Julia Vidal también hace hincapié en "la labor de los psicólogos para la adhesión al tratamiento farmacológico, la importancia del tratamiento individualizado y la necesidad de trabajar junto al paciente para que este entienda la importancia de la medicación. Hay que prevenir el abandono del tratamiento no solo a corto plazo sino también a medio y largo plazo".