Con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebra mañana viernes 5 de junio, la Fundación Española del Corazón (FEC) alerta sobre los efectos nocivos de la contaminación ambiental en la salud cardiovascular. Como indica el Dr. José Luis Palma, vicepresidente de la FEC, “se sabe que la contaminación atmosférica duplica el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular frente a las enfermedades broncopulmonares, incluida la EPOC y el asma: la relación es de 3/1”.
En concreto, la FEC defiende que la reducción de la contaminación atmosférica se posiciona como una importante medida de prevención del infarto agudo de miocardio, en consonancia con la evidencia científica. “Numerosas publicaciones llevan años concluyendo que una disminución en los niveles de determinados contaminantes reducirían el número de infartos de miocardio hasta en un 5%”, explica el Dr. Jordi Bañeras, cardiólogo de la unidad de críticos cardiovasculares del Hospital Vall d’Hebron, profesor asociado de la Universidad de Barcelona y miembro de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y la FEC.
De hecho, durante la pandemia de la COVID-19 se ha registrado una caída de hospitalizaciones por infarto de miocardio en numerosos países, entre ellos España con un 40% menos de tratamientos por esta patología. Para el Dr. Bañeras “esa reducción es multifactorial, estando el descenso en los niveles de contaminación claramente detrás de esos datos, junto a otras causas como pueden ser no acudir a las urgencias hospitalarias por miedo a contraer la COVID-19, o posibles cambios en el estilo de vida de la población por el confinamiento”.
30.000 muertes anuales en España por contaminación
La FEC recuerda que la contaminación atmosférica causa 8,8 millones de muertes al año en el mundo, 790.000 en Europa y unas 30.000 en España, siendo la causa más frecuente de estas muertes la cardiopatía isquémica.
En concreto, “determinados contaminantes, como la materia particulada PM2.5 y el dióxido de nitrógeno, generados en parte por la combustión de vehículos, son reconocidos desencadenantes del infarto agudo de miocardio”, asegura el Dr. Bañeras.
La evidencia científica ha descrito claramente los efectos nocivos de la contaminación atmosférica a nivel cardiovascular: favorece la inflamación, el estrés oxidativo, la disfunción endotelial y produce un efecto protrombótico y vasoconstrictor.
El vicepresidente de la FEC, el Dr. Palma remarca que “el 93% de la población española respira un aire que excede los niveles considerados peligrosos para la salud” y, por eso, ve “necesario tomar medidas urgentes para reducir los niveles de contaminación en beneficio de la salud del medio ambiente y de la población”.
Entre las medidas que defiende la FEC se encuentran: el diseño óptimo de carriles bici; la promoción de vehículos eléctricos, híbridos, así como del transporte público (trenes, autobuses, metro); medidas políticas para reducir las emisiones de combustible y otros gases tóxicos y una nueva legislación para la construcción de edificios sostenibles de viviendas y oficinas.