Del 19 al 25 de octubre se celebra la Semana Global del Cambio Climático y la European Public Health Alliance (EPHA) ha lanzado la campaña ‘Medics4cleanAir’, en la que miembros de la comunidad médica de toda Europa hablan sobre la emergencia climática y el gran reto de salud pública que supone la contaminación atmosférica. La Fundación Española del Corazón (FEC) se adhiere a esa campaña, vehiculada a través de un manifiesto en el que se expresa “preocupación por el efecto que produce el uso continuo de combustibles fósiles de los vehículos” y en el que se solicitan “medidas urgentes y sostenibles para afrontar la contaminación del transporte”.
Como profesionales de la salud, los firmantes del manifiesto exigen “responsabilidad” a los políticos y les piden que tengan en cuenta “los últimos datos científicos sobre los efectos perjudiciales de la contaminación atmosférica en la salud, utilizándolos como base de toda política futura de transporte limpio”.
Asimismo, instan a la Unión Europea y a los gobiernos nacionales “a suprimir la venta de nuevos vehículos diésel y de gasolina para 2028, al tiempo que se eliminan gradualmente los vehículos contaminantes de las zonas urbanas”.
También solicitan “un cambio modal para alejarnos del concepto de ciudades basadas en el uso del coche y facilitar los desplazamientos a pie, en bicicleta y en transporte público, cuando sea viable”.
La pandemia de la COVID-19 ha puesto a prueba la atención sanitaria en todo el mundo. Como recoge el documento, “la causa fundamental de la actual crisis sanitaria se ha relacionado con la destrucción de la biodiversidad, la emergencia climática y, en particular, la contaminación atmosférica”. Por eso, “combatir en este momento la contaminación atmosférica no solo ayudará a afrontar la crisis climática, sino que mejorará la salud de todos”.
Las medidas adoptadas durante el confinamiento demostraron los beneficios inmediatos que produce la reducción del número de coches en nuestras calles: mejoró la calidad del aire. En esta línea, muchas ciudades están elaborando planes para compartir los espacios públicos y promover los desplazamientos en bicicleta y a pie. “Esto debe ser la norma en el futuro”, tal y como indica el manifiesto.
El documento termina apuntando que “la contaminación atmosférica está asfixiando a los pacientes y al medio ambiente” y solicitando a los responsables políticos que apliquen “soluciones urgentes para un transporte activo, sostenible y seguro para todos en beneficio de nuestra salud y nuestro planeta”.
El Dr. José Luis Palma, vicepresidente de la FEC asegura que “la contaminación atmosférica representa un desafío de salud mundial que nos afecta a todos”. Y es que, como recuerda, “aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, accidente cerebrovascular, cáncer, demencia y diabetes”. Además, “causa nuevos casos de asma en los niños y daña casi todos los órganos de nuestro cuerpo”, añade.