Un reciente estudio concluye que los niños latinoamericanos que viven en Madrid presentan menos sobrepeso y obesidad que los de origen español. En cualquier caso, según sus propios autores, las cifras son igualmente preocupantes y todos deberíamos apostar por darle mayor importancia al desayuno y a una dieta equilibrada.
Según el estudio Estilo de vida y hábitos alimenticios de la población pediátrica latinoamericana y su implicación en la obesidad, elaborado por la Cátedra de Salud de la Universidad Europea de Madrid y la Fundación Abbott, el 14% de los inmigrantes latinoamericanos presenta índices de sobrepeso y obesidad, un porcentaje ligeramente inferior al de los niños madrileños, que alcanza el 18%. Aunque el porcentaje es menor en la población latinoamericana, los responsables del estudio señalan que ambos datos son igualmente preocupantes, ya que el sobrepeso y la obesidad son dos factores de riesgo de enfermedad cardiovascular, diabetes y patologías del aparato locomotor, como la artrosis o incluso determinados cánceres.
Esta investigación, llevada a cabo en 26 centros escolares de Madrid, revela que los niños latinoamericanos ingieren a lo largo del día un 44% de grasas (lo recomendado es menos del 35%), un 43% de hidratos de carbono (se recomienda superar el 50%) y 14 % de proteínas (un porcentaje muy cercano al recomendado, entre un 10 y un 15%). Los datos señalan que en el desayuno, la media mañana y la merienda predominan las grasas, mientras que en la comida y la cena predominan los hidratos de carbono y las frutas. Un cambio en la alimentación, menos bollería y embutidos y más cereales y frutas en la merienda, son medidas que podrían ayudar a mejorar estas cifras.
El desayuno, clave en la nutrición
Una de las recomendaciones que hacen los investigadores del estudio es que “el desayuno debe considerarse, en la edad infanto-juvenil, una de las comidas principales, por lo que se debe prestar una especial atención a que los niños lo hagan siempre en casa para que su contenido sea el correcto”. Sabemos que es importante desayunar bien para rendir durante toda la jornada, sin embargo, no todos lo hacemos de la forma adecuada. Por eso, ten siempre presente que un desayuno completo debe incluir un alimento de al menos cuatro de los grupos básicos:
- Lácteos (leche con o sin azúcar o cacao, yogur, queso fresco)
- Cereales (pan, tostadas, cereales, galletas, bizcochos)
- Frutas (mejor fresca y entera, sino un zumo natural)
- Azúcares (azúcar, mermelada, miel)
- Grasas (aceite de oliva)
Según la Asociación Española de Pediatría, “el desayuno es la comida más importante del día y debería cubrir un 25% de las necesidades calóricas diarias”. En su web, esta sociedad ha publicado un interesante artículo titulado 'A la escuela, no sin desayunar', el cual da respuesta a las preguntas que habitualmente se hacen muchos padres a la hora de planificar o hacer que los niños desayunen correctamente: ¿Por qué algunos niños no desayunan? ¿Qué podemos hacer para que desayunen bien?
Además, en este vídeo de nuestro Corazón TV también podrás escuchar a una experta en nutrición hablando sobre tres tipos de desayunos muy habituales en la dieta española, cuál es el más adecuado y cómo esta comida influye en la salud de grandes y pequeños.
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Importancia de la actividad física
Así como la dieta es importante, la actividad física también juega un papel relevante en la salud de los niñoS. Camina, correr, jugar… actividades típicas hace unos años que poco a poco se van dejando de lado. Los padres deben fomentar en los pequeños la práctica diaria de ejercicio y limitar el tiempo que pasan frente a la tele. Animarlos a participar en actividades deportivas dentro o fuera del colegio, hacer que caminen todos los días para ir a clase o llevarlos al parque para que jueguen son costumbres muy sanas que no deben descuidarse si queremos que los pequeños quemen las calorías que consumen. La Asociación Española de Pediatría también cuenta con una Guía de Práctica Clínica sobre Obesidad Infantojuvenil, con información muy útil para las familias sobre la relación entre alimentación y ejercicio físico.
Es posible frenar el sobrepeso y la obesidad infantil. Como siempre, la clave es mantener hábitos de vida saludables. Contribuir a que los niños los conozcan y los practiquen en una labor que debe hacerse en el hogar y que ha de reforzarse en los centros educativos.