Rica en hidratos de carbono complejos, vitaminas y baja en grasa, la patata es indiscutiblemente un alimento saludable, además de resultar muy versátil a la hora de preparar recetas y apto para todos los bolsillos. Aquí te contamos más sobre ella y te damos consejos para incluirla en tu dieta.
La patata está formada por un 75-80 por ciento de agua, es rica en potasio (unos 570 miligramos por cada 100 gramos), vitamina A, B1 y B3 y ácido fólico, proporciona pequeñas cantidades de zinc y magnesio, y además, apenas aporta grasas (dos gramos por cada 100).
Su contenido de potasio otorga a su consumo propiedades positivas sobre la salud cardiovascular, gracias al efecto vasodilatador y diurético que contribuye en la reducción de la hipertensión y a mantener la función cardiovascular. Sus amplias propiedades y su precio convierten a la patata en un alimento con gran presencia en la dieta española. Por todo ello, no hay razón para descuidar su consumo.
En este vídeo, La 2 de TVE se acerca a uno de los mercados de mayoristas más grandes del país para conocer algunos de los tipos de patatas que más se consumen en España y sus variados usos en la cocina. Además, la nutricionista Eulàlia Vidal habla sobre el valor nutricional de este alimento y las formas más sanas para llevarlo a la mesa.
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Cómo prepararlas
Cocidas, hervidas, asadas o hechas al vapor con piel (bien lavadas), conservan una mayor cantidad de nutrientes (entre ellos la fibra) y son más fáciles de digerir. Sin embargo, cuando optemos por cocinarlas a alta temperatura es importante que tengamos en cuenta que los alimentos con un alto contenido de almidón, como es el caso de la patata, pueden formar un compuesto llamado acrilamida, "que ha sido asociado a efectos adversos para la salud en experimentos con animales (E.g. daños en el ADN, cáncer)”, según el Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación (EUFIC). Para reducir la formación de acrilamida, este organismo recomienda:
- No tostar demasiado los alimentos o quemarlos al freírlos.
- Hervir las patatas o hacerlas al microondas enteras con la piel.
- Cocinar patata ya cortada, como patatas fritas congeladas o rodajas de patatas, de un color amarillo dorado en vez de un color marrón.
Te recordamos que las patatas fritas aportan un mayor contenido de grasa a la dieta, así que es mejor que te decantes por cualquiera de las opciones de preparación que mencionamos anteriormente. En todo caso, si esporádicamente quieres hacerlas fritas, sigue los consejos que te ofrecemos en el siguiente vídeo de nuestro Canal CorazónTV, y reducirás su contenido en grasas:
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También te recordamos que en nuestra sección de recetas cardiosaludables puedes ver muchos vídeos en los que te explicamos de manera sencilla y rápida cómo preparar platos ricos y sabrosos.Y ya que estamos, hoy vamos a preparar esta crema de col con patatas que a buen seguro no defraudará a ninguno de tus comensales.
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En el menú de los diabéticos
La patata contiene azúcares complejos, y gracias al almidón, su digestión es lenta, lo que supone que su absorción en sangre es progresiva, ayudando así a mantener los niveles de glucosa. Sin embargo, se recomienda combinarla con verduras para que la fibra de éstas ayude a regular el paso de los azúcares en la sangre.
Recuerda, la patata cuenta con muchísimas propiedades nutricionales, además de tratarse de un alimento que puedes preparar y consumir todo el año. ¡No olvides incluirla en tu dieta!