Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), mueren más mujeres que hombres de enfermedades cardiovasculares. En concreto, 9.000 más. Sin embargo, la percepción de que el infarto y otros eventos relacionados con la salud cardiovascular son cosa de hombres sigue estando presente en la mayoría de la sociedad.
“La realidad es que las enfermedades cardiacas son la primera causa de muerte en las mujeres”, asegura la doctora Paola Beltrán, coordinadora del Grupo de Trabajo de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) Mujeres en Cardiología. Por eso es necesario que las mujeres conozcan que ellas también son vulnerables a la enfermedad cardiovascular, de forma que puedan prevenirla o actuar rápido en caso de que sufran un infarto, cuyos síntomas clásicos incluyen dolor opresivo en el centro del pecho o en la zona epigástrica (estómago), que puede irradiarse a brazo izquierdo, ambos brazos, cuello, mandíbula y/o espalda; sudoración, nauseas y dificultad respiratoria. Aunque estos síntomas se dan en ambos sexos, el dolor torácico típico en mujeres es menos específico y en un porcentaje mayor se objetiva enfermedad coronaria no obstructiva.
Además, la coordinadora del Grupo de Trabajo de la SEC Mujeres en Cardiología recuerda que el colectivo femenino sufre con más frecuencia “náuseas, vómitos e indigestión, y también refieren más a menudo dolor en el centro de la espalda y en la mandíbula. Por otra parte, las mujeres premenopáusicas suelen presentar con mayor frecuencia que las posmenopáusicas síntomas atípicos, mientras que las mujeres de edad avanzada pueden referir disnea súbita”, dice recordando que “lo más importante es que las mujeres seamos conscientes de que cualquiera de estos síntomas puede ser un infarto y hay que solicitar ayuda médica de forma precoz”.
Estar prevenidas es muy importante ya que el pronóstico de un infarto de miocardio es peor en mujeres que en hombres. Un porcentaje mayor fallece antes de llegar a un hospital (52% frente al 42% en los hombres) y el pronóstico es también peor tras la hospitalización. Lo explican factores como que las mujeres tienden a presentar enfermedad coronaria aproximadamente 10 años más tarde que los hombres, por lo que suelen tener mayores comorbilidades (enfermedad renal, osteoarticular, anemia…). Además, las mujeres suelen consultar con mayor retraso, tardan más en ser diagnosticadas al presentar a veces síntomas atípicos y, según las investigaciones realizadas, reciben tratamientos menos agresivos que los hombres. Por otro lado, durante la hospitalización, las mujeres tienden a presentar mayores complicaciones como insuficiencia cardíaca, ictus o necesidad de transfusiones.
Aunque estar alerta por si aparecen algunos de los síntomas citados es clave, la prevención es la herramienta fundamental a la hora de luchar contra la enfermedad cardiovascular. Campañas como #mujeresporelcorazón centran su atención en vigilar los factores de riesgo, además de explicar a las mujeres en qué consiste la enfermedad cardiovascular y cómo actuar ante una urgencia cardiaca. Por otra parte, iniciativas como #lasmujeresnosmovemos intentan concienciar a las mujeres de la importancia de hacer ejercicio físico y seguir unos hábitos de vida saludables.