La inestabilidad laboral suele generar estrés y ansiedad, marcadores de riesgo que afectan negativamente a la salud cardiovascular. Investigadores estadounidenses han publicado un estudio que analiza la relación entre el desempleo y el riesgo de infarto agudo de miocardio.
Para nadie es ajeno que la crisis está dejando a mucha gente sin empleo y generando una sensación de inseguridad económica en los hogares, no solo de España, sino en muchas partes del mundo. Pero al margen de los problemas sociales que esta situación genera, el desempleo conlleva también consecuencias para la salud cardiovascular de las personas que pierden su trabajo. Según un equipo de investigadores de la Universidad de Duke, Carolina del Norte (Estados Unidos), la inestabilidad laboral es una de las principales fuentes de tensión que afecta a un número cada vez mayor de adultos en los Estados Unidos, aunque poco se sabe sobre el efecto acumulativo de las múltiples pérdidas de empleo y desempleo en el riesgo de padecer un infarto agudo de miocardio (IAM). Por ello, se propusieron investigar dicha asociación en 13.451 estadounidenses de entre 51 y 75 años, dentro del Estudio de Salud y Jubilación, a quienes realizaron entrevistas bienales entre 1992 hasta 2010.
En la muestra de esta investigación publicada en Archives of the Internal Medicine, el 14,0% de los sujetos estaban desempleados al inicio del estudio, el 69,7% había perdido uno o más trabajos y el 35,1% había estado desempleado durante un largo periodo tiempo. El grupo de estudio (con una edad media de 62 años) presentó 1.061 eventos de infartos (el 7,9 %). Los resultados mostraron que el riesgo de IAM fue significativamente mayor entre los desempleados (razón de riesgo 1,35), y que este aumentó gradualmente desde una pérdida de empleo (1,22 ), hasta 4 o más pérdidas de empleo (1,63), en comparación con aquellas personas que no habían perdido su trabajo. El riesgo de IAM se elevó particularmente en el primer año de desempleo (razón de riesgo 1,27), pero no después.
Los autores concluyen que el desempleo, la pérdida de varios puestos de trabajo, y estar durante cortos periodos sin trabajo, son factores de riesgo significativos para desarrollar eventos cardiovasculares agudos.
No descuides tu salud
Estar desempleado puede afectar nuestra salud emocional, psíquica y también contribuir negativamente en la salud. Estar activo en la búsqueda de empleo, mantener las relaciones sociales, salir, ejercitarse, comer bien, son algunas de las actitudes esenciales que no debe descuidar ninguna persona que se quede sin empleo. Aquí señalamos algunas recomendaciones a tener en cuenta:
- Apóyate en tus seres queridos, habla con ellos de cómo te sientes. Guardarte los problemas no es una buena idea para liberarte de tensiones y preocupaciones.
- Aliméntate bien. Respeta los horarios de las comidas, no olvides comer frutas y verduras a diario y evitar los alimentos ricos en grasas saturadas. Visita nuestro apartado de nutrición en el que encontrarás recetas sanas y fáciles para preparar en casa.
- Haz ejercicio. El yoga puede ser una buena alternativa. En nuestro apartado de ejercicio encontrarás vídeos para practicarlo en casa.
- También puedes caminar todos los días 1 hora o nadar. Otra buena alternativa es practicar un deporte de equipo, organízate con su amigos/familiares para jugar un partido de fútbol, pádel, etc. Si eliges los deportes de equipos además de ejercitarte podrás compartir con otros y disfrutar de un momento de esparcimiento con tus amigos/familia.
- Establece una rutina diaria (levántate temprano, desayuna, aséate, da un paseo, lee, rescata un pasatiempo, apúntate en un curso, etc.). No descuides tu aspecto personal, hazte a la idea de que aunque no estás en una oficina tienes cosas que hacer y por las que levantarte cada día.
- Si te sientes deprimido, pide ayuda profesional, un especialista además de escucharte te dará unas recomendaciones para superar la depresión. No esperes a estar en una situación extrema.
- Evita el tabaco y el consumo de bebidas alcohólicas. Recuerda que son hábitos perniciosos para la salud cardiovascular y además pueden generar adicciones en situaciones de vulnerabilidad.