Hace dos años, Laura Sáez Lorenzo acudió a una llamada durante su guardia como enfermera en la localidad vallisoletana de Villalón del Campo. La emergencia era que un bebé de siete meses se estaba ahogando. Ella y sus compañeros llegaron lo más rápido posible, pero se temían lo peor. “La niña no estaba en el mismo pueblo, se encontraba a unos 10 kilómetros, y pensamos que cuando llegáramos ya iba a estar en parada”, recuerda. “Pero encontramos a su abuelo en la puerta, muy sonriente, e intuimos que eran buenas noticias. Y efectivamente: la tía de la niña sabía hacer la maniobra de Heimlich y había salvado su vida. Gracias a que supo cómo actuar, aquel incidente no tuvo mayores consecuencias. De lo contrario el bebé podía haber sufrido gravísimas secuelas o fallecer”, explica esta enfermera experta en emergencias sanitarias y catástrofes.
Fue así como empezó a darle vueltas a una idea: poner en marcha un proyecto para que toda la población sepa cómo actuar en situaciones como esa. Porque la diferencia entre salvar la vida de una persona o no puede estar en conocer una serie de sencillos pasos y aplicarlos. De ahí nació la idea de publicar el cuento “¿Aprendemos a salvar vidas?”, que ya se puede descargar desde el portal de Educación de la Junta de Castilla y León en este enlace.
“Cuando acabé la guardia no dejaba de darle vueltas a lo ocurrido”, cuenta Laura. “El hijo de mi hermana tenía justamente siete meses en esa época, por lo que quizá nos tocó más de cerca. Cuando le comenté a ella lo que había pasado, las dos creímos que no nos podíamos quedar de brazos cruzados”, asegura Laura Sáez. “Saber cómo actuar es algo muy sencillo, y con ello se pueden salvar muchas vidas. Sin embargo, la mayoría de la gente desconoce qué pasos seguir en situaciones como esa”; explica su hermana, la doctora en Farmacia María Sáez Lorenzo.
No habla solo de forma intuitiva. Para saber qué conocimientos tiene la gente de a pie acerca de reanimación cardiopulmonar, las hermanas Sáez, hicieron un estudio entre 500 personas no sanitarias en el que preguntaron acerca de conocimientos en primeros auxilios. “Los resultados fueron nefastos. El 19% no sabía ni siquiera el número de emergencias, y solo el 10% sabía cómo actuar en una situación como esta. Por eso pensamos en escribir un cuento a través del que explicar esta información básica con la que podemos salvar vidas”, explica María Sáez Lorenzo.
Dirigido a niños de entre 3 y 12 años, pero también a los padres de esos niños, que a través del cuento pueden aprender cómo actuar, “¿Aprendemos a salvar vidas?” está protagonizado por un pequeño ratón llamado Martín que cuenta a sus amigos cómo pueden salvar una vida en situaciones de peligro. El libro se centra sobre todo en el primer eslabón de la cadena de supervivencia, la alerta inmediata, y en la reanimación cardiopulmonar (RCP), las dos actuaciones principales que pueden salvar vidas en caso de parada cardiaca.
“Vimos que la Asociación Americana del Corazón recomienda planes de reanimación cardiopulmonar en todos los colegios de EEUU, y que tras varios estudios habían comprobado que era efectivo. Por otro lado, la OMS lanzó la campaña "Los niños pueden salvar vidas", en la que aconseja enseñar RCP a todos los menores de 12 años. Eso nos terminó de convencer para dirigir el cuento a los niños, pero con la idea de que los padres también lo lean a través de sus hijos porque los niños son agentes de transformación de los adultos: cuando asimilan nuevos conocimientos, los comentan en casa con la familia, y de esa forma todos aprenden”, explica Laura Sáez.
Tras la buena acogida del cuento, que ha despertado mucho interés desde que se presentó hace dos semanas, las hermanas Sáez Lorenzo trabajan en la elaboración de una guía docente para enseñar a los profesores cómo explicar este tema a los niños en las aulas.