Pregunta: Mi padre es diabético y ha sufrido un infarto recientemente. ¿Pueden decirme qué alimentos son los más adecuados para él? Actualmente se encuentra sin apetito y nunca quiere comer. Belén (Salamanca).
Pregunta: Mi padre es diabético y ha sufrido un infarto recientemente. ¿Pueden decirme qué alimentos son los más adecuados para él? Actualmente se encuentra sin apetito y nunca quiere comer. Belén (Salamanca).
Respuesta: La dieta dependerá del estado clínico de tu padre, de la fase en la que se encuentre tras el infarto y de las posibles enfermedades asociadas. Para empezar, lo que debe hacer es seguir la dieta que le hayan suministrado sus médicos tras el alta hospitalaria.
A medida que tu padre vaya recuperándose, lo normal es que poco a poco tolere mejor los alimentos. En caso de persistir la inapetencia, le recomendamos que fraccione las comidas en porciones pequeñas, que mastique bien y coma despacio, escogiendo siempre los alimentos más fáciles de digerir.
Cuando tu padre tolere una alimentación normal, será importante que tome conciencia de que deberá seguir una dieta cardiosaludable, evitando aquellos alimentos que contengan abundante grasa saturada, grasa trans y colesterol. Por ejemplo, eliminar los lácteos enteros y sustituirlos por desnatados; no emplear mantequilla y sí aceite de oliva virgen; prescindir de las carnes grasas y decantarse por las magras, como el conejo o el pollo sin piel; huir de los embutidos, los fritos comerciales y la bollería industrial.
Siempre serán preferibles los métodos de cocinado que requieran poca grasa, como el horno, la plancha, la parrilla, el microondas, el asado, la cocción al vapor... Asimismo, le aconsejamos que consuma al menos:
- Cinco raciones diarias de frutas y verduras al día.
- Dos raciones semanales de legumbres.
- Tres raciones semanales de pescado (al menos una de ellas de pescado azul).
Es fundamental que se decante por las carnes magras, los quesos bajos en grasa y las leches y yogures totalmente desnatados. Además, deberá retirar la grasa visible de la carne y la piel de las aves antes de cocinar.
Por último, es importante crearse una rutina de alimentación, distribuyendo las comidas en al menos cinco ingestas al día: desayuno, media mañana, comida, merienda y cena.