La checa Anna Budinska se incorporó hace unos meses al equipo Club Voleibol Madrid, dirigido por Manuel Berdegué, con el objetivo de reforzar el ataque del grupo, que ha devuelto a la ciudad de Madrid a la máxima competición del voleibol nacional.
Durante la pasada Semana del Corazón, que se celebró del 26 al 30 de septiembre en la capital, la jugadora pasó por el recinto cardiosaludable que la Fundación Española del Corazón (FEC) instaló en la Plaza Juan Goytisolo, junto al museo Reina Sofía, para realizarse unas sencillas pruebas médicas y descubrir cómo está su cardiovascular. No sorprende que los resultados fueran excelentes, dado el estilo de vida que practica.
La FEC pudo charlar con ella sobre sus inicios en el voleibol, su etapa formativa en Estados Unidos o su llegada a España, entre otros asuntos.
¿Cómo fueron tus inicios con el voleibol?
Con 11 años practicaba atletismo y voleibol. El atletismo era un deporte individual y el voleibol, de equipo. Fue precisamente eso lo que hizo que me decantara finalmente por el voleibol, porque en la vida es importante saber trabajar en equipo. A los 18 años dejé mi país y me fui a Estados Unidos, donde compaginé mis estudios con la práctica del voleibol gracias a una beca.
¿Cuánto tiempo pasaste en Estados Unidos y cómo recuerdas aquella etapa?
Estuve allí cinco años, durante los cuales estudié Economía y Administración y Dirección de Empresas, además de un máster de International Business, este último en Miami. Allí apuestan mucho por el deporte y fue fácil compaginar mis estudios con el voleibol. Es una etapa que recuerdo con mucho cariño.
¿Qué vino después de esos años en Estados Unidos?
Llegó un momento en el que tuve que tomar una gran decisión. Quería jugar profesionalmente y en Estados Unidos no hay una liga profesional de voleibol. Por eso, tras acabar mis estudios decidí volver a Europa. Como también me gustan mucho los idiomas, elegí Austria como primer destino, y así podía reforzar mi nivel de alemán. Estuve una temporada jugando en Innsbruck y el equipo quedó segundo de la competición.
¿En qué momento llegas a España y cómo valoras tu experiencia aquí?
Después de mi paso por Austria, estuve otro año en Suiza y el año pasado llegué a España. Esta es mi segunda temporada aquí, y como me gusta tanto el país, y en concreto Madrid, creo que me quedaré unos cuantos años más. Respecto al voleibol, el nivel en España es muy bueno. Viajamos por todo el país, lo que me permite conocer otras ciudades, y esto también me gusta.
¿Qué es lo que más te gusta del voleibol?
Me gusta tener un equipo, a mis chicas, con las que tengo una meta y un objetivo en común. También me gusta darle duro a la pelota.
¿Y lo más sacrificado?
El tiempo. Necesitas sacrificar muchas cosas. No puedes hacer planes los fines de semana porque estás compitiendo. Además de las horas que dedicas a entrenar, tienes que respetar también las horas de sueño y cuidar la alimentación. Por supuesto, no puedes ir de fiesta si en unos días tienes un partido importante.
¿Cómo es una de tus jornadas de trabajo?
Por la mañana temprano salgo a caminar unas dos horas, luego almuerzo algo y voy al gimnasio, aunque esto último solo los tres primeros días de la semana: lunes, martes y miércoles. Por la tarde descanso un poco o comparto tiempo con mis amigos; y de ocho a diez de la noche entreno con el equipo.
¿Aparte del voleibol practicas otros deportes?
Me encanta ir al gimnasio y salir a correr porque me permite descansar mentalmente.
¿Recomendarías a la gente practicar deporte? ¿Por qué?
Por supuesto. Es importante buscar un deporte que te guste. Si a alguien le gusta el baile, puede hacer zumba. Incluso caminar es un deporte. Hay que empezar por metas pequeñas; por ejemplo, caminar 20 minutos en lugar de coger el autobús. Personalmente, me siento mucho mejor cuando hago deporte. Me ayuda a dormir e, incluso, a hacer mejor la digestión.
Con este estilo de vida, en el que practicas ejercicio de forma regular y sigues una alimentación variada y equilibrada, ¿cuáles han sido los resultados de las pruebas a las que te has sometido en nuestro recinto cardiosaludable?
Los resultados han sido muy buenos, pero siempre se puede mejorar. Al menos es lo que a mí me gusta: intentar mejorar siempre. Y, por supuesto, esto es solo una prueba de que este estilo de vida funciona.