El 7 de abril se conmemora el Día Mundial de la Salud que este año está dedicado a la diabetes. Por este motivo, la Fundación Española del Corazón (FEC) quiere recordar que la diabetes es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular, el séptimo según la American Heart Association, por lo que su buen control es básico para frenar la incidencia de la enfermedad cardiovascular, que sigue situándose como primera causa de muerte.
Han sido muchos estudios los que han relacionado la diabetes con el aumento de la prevalencia de la enfermedad cardiovascular. “Las diversas investigaciones que se han realizado al respecto muestran un aumento de entre dos y cuatro veces el riesgo de padecer alguna enfermedad cardiovascular. Se trata de un riesgo a tener muy en cuenta, por lo que el control de la diabetes es uno de los principales retos a los que nos enfrentamos hoy en día”, explica el Dr. José Luis Palma, vicepresidente de la FEC.
La diabetes afecta al sistema cardiovascular de diversas maneras: “En primer lugar”, enumera el Dr. Palma, “la diabetes implica unos niveles de glucosa en la sangre elevados (en ayunas igual o superior a 126 mg/dl), que además de dañar diversos órganos también tiene sus efectos negativos en los vasos sanguíneos, favoreciendo la aparición de arterioesclerosis (endurecimiento de las arterias), lo que provoca que el paso de la sangre cada vez sea más dificultoso y puedan aparecer coágulos de sangre que las obstruyan”. “Además”, prosigue el especialista, “cuando afecta a las arterias coronarias puede provocar cardiopatía isquémica y por lo tanto angina o infarto. Asimismo, es también más común que los pacientes con diabetes vean afectado el miocardio, lo que disminuye su capacidad de contracción y pudiendo provocar insuficiencia cardiaca”.
También existe diversa bibliografía científica que resume los beneficios del buen control de la glucosa en la sangre. Así, tal y como recoge la World Heart Federation, mantener a raya la diabetes puede reducir hasta en un 42% la probabilidad de padecer una enfermedad cardiovascular y en un 57% el riesgo de infarto, ictus o muerte por causa cardiovascular.
A pesar de los conocidos efectos negativos de los niveles elevados de glucosa en sangre, la prevalencia de esta enfermedad sigue en aumento. Actualmente, tal y como se destacó en el estudio Di@betes, más de 5,3 millones de personas padecen en nuestro país diabetes tipo 2, de las que prácticamente la mitad lo desconoce. A nivel global ya son 366 millones de personas los que sufren esta enfermedad, cifra que espera doblarse en los próximos 20 años.
“Ante esta perspectiva, desde la Fundación Española del Corazón y en un día tan señalado como hoy, queremos instar a la población a que mantenga unos buenos hábitos de vida (siguiendo una dieta saludable y realizando actividad física de forma regular) para evitar la aparición de diabetes y otros factores de riesgo cardiovascular como la hipertensión, la obesidad o el colesterol elevado. Además, en aquellas personas que ya padecen diabetes es muy importante seguir los consejos de su profesional médico para mantener un buen control de la glucosa en sangre y evitar al máximo las posibles complicaciones derivadas de la diabetes”, concluye el Dr. Palma.
Preguntas frecuentes sobre la diabetes
1. ¿Qué es la diabetes?
Es una enfermedad crónica que se diagnostica cuando el nivel de glucosa (azúcar) en sangre supera unos determinados valores. La diabetes es una enfermedad cardiovascular de origen metabólico que favorece la aparición de accidentes vasculares a todos los niveles: tanto cerebrovasculares (ictus) como infarto de miocardio. Además, puede producir complicaciones en el sistema nervioso, los riñones y la visión.
2. ¿Por qué surge la diabetes?
Por la falta de secreción de insulina por parte del páncreas y/o por la disminución de su efecto. Dado que esta hormona tiene la misión de transformar en energía los hidratos de carbono de los alimentos, su defecto origina un aumento del azúcar en la sangre.
Las cifras de la diabetes son:
• Personas sin diabetes: cifras de glucosa basal (azúcar en sangre venosa analizada en ayunas) entre 75 y 100 mg/dl.
• Personas con mayor riesgo de desarrollar diabetes: cifras de glucosa basal entre 100 y 125 mg/dl.
• Personas con diabetes: cifras de glucosa basal igual o superiores a 126 mg/dl en al menos dos ocasiones.
3. ¿Qué personas tienen más riesgo?
• Aquellas que tienen familiares directos con diabetes.
• Aquellas que han padecido diabetes durante algún embarazo o han tenido hijos con un peso al nacer mayor de 4 kg.
• Quienes han visto en algún análisis anterior aumentada su glucosa en la sangre.
• Las que padecen alguna enfermedad del corazón o circulatoria.
• Quienes tienen la presión arterial o las grasas de la sangre (colesterol o triglicéridos) elevadas.
• Las personas obesas.
4. ¿Qué síntomas produce la diabetes?
Los niveles de glucosa muy elevados (mayores de 250 mg/dl) y los esfuerzos del cuerpo para eliminar el exceso de azúcar provocan los síntomas característicos de la diabetes descompensada:
• El exceso de glucosa se elimina a través de los riñones, por lo que aumenta la producción de orina.
• Secundariamente, se produce mucha sed y aumento del hambre.
5. ¿Qué hábitos de vida hay que seguir?
El paciente diabético, además de mantener un control individualizado de sus niveles de glucosa en sangre, no debe fumar ni tener sobrepeso. Debe alcanzar unos objetivos concretos de cifras de colesterol y presión arterial.
Es fundamental llevar un estilo de vida saludable, seguir una dieta adecuada y practicar ejercicio regularmente.
Además, si el médico lo considera oportuno, deberá iniciar un tratamiento farmacológico.
6. ¿Cómo puede ayudar el tratamiento farmacológico?
La función de los fármacos es mantener la glucosa en niveles aceptables de control si los hábitos saludables no han logrado reducir lo suficiente la cantidad de azúcar en sangre.
En ocasiones se pueden llegar a necesitar dos o tres fármacos orales tomados de manera combinada. Existen fármacos como la metaformina, que suele usarse como primera opción, que favorece la utilización de la insulina que todavía poseen las personas con diabetes. Otros medicamentos (sulfonilureas), en cambio, ayudan a nuestro organismo a producir insulina.
7. ¿Qué es la insulina? ¿Todos los diabéticos la necesitan?
Cuando los fármacos orales son incapaces de controlar el nivel de glucosa en sangre, se introduce la insulina. Esta no debe considerarse como un fracaso del tratamiento, sino como una fase más en la evolución normal de la patología.
Existen dos tipos fundamentales de insulinas: las de acción lenta (basales) y las de acción rápida, que actúan sobre las subidas de glucosa tras las comidas. Ambos tipos de insulina deben conservarse en frío (nevera).
Se debe administrar la insulina a las mismas horas todos los días (en relación con las comidas), y asegurarse de que se administra la cantidad adecuada según los alimentos que haya tomado y el ejercicio que haya realizado.
Hay que ir rotando las áreas del cuerpo donde se administran las inyecciones para un buen cuidado de la piel y, en el caso de que se vaya a practicar ejercicio a continuación, evitar la zona de los músculos implicados para evitar absorciones muy rápidas o hipoglucemia.
8. ¿Puede sentar mal la insulina?
Los efectos adversos de la insulina en general son: la posibilidad de aparición de hipoglucemias, comúnmente conocidas como “bajones de azúcar”, y ganancia de peso.
Si al utilizar la insulina uno se siente mal (mareos, sudor, hambre) puede ser porque el nivel del azúcar esté demasiado bajo (hipoglucemia), lo cual es potencialmente grave, y debe ser corregido lo antes posible, ingiriendo algún alimento o un preparado de glucosa. Si en ese momento uno no puede pincharse, debe tomar un poco de azúcar y contárselo a su médico tras recuperarse.