Bajo el lema #entératedelhierro, la Fundación Española del Corazón (FEC) organiza este lunes, 26 de noviembre, en el Hospital Universitario La Paz de Madrid, una jornada de concienciación con la que pretende aumentar el conocimiento sobre los síntomas del déficit de hierro. Así, ofrecerá información sobre el hierro y la anemia, además de la posibilidad de someterse a un test de diagnóstico de ferritina y hemoglobina. La jornada, que cuenta con la colaboración de Vifor Pharma, se desarrollará en el hospital madrileño en horario de 10 a 14 horas y de 16 a 18 horas.
La carencia de hierro, también conocida como ferropenia, es una afección de salud por la que el organismo no dispone de suficiente hierro para cubrir sus necesidades. Puede presentarse con o sin anemia y, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es el trastorno nutricional más común y extendido de todo el planeta. Este organismo cifra en alrededor de 2.000 millones el número de personas afectadas por anemia, debida principalmente a la carencia de hierro. Esto es más del 30% de la población mundial.
El hierro es necesario para elaborar la hemoglobina, que circula por la sangre en los glóbulos rojos y es necesaria para transportar el oxígeno a todos los órganos de nuestro cuerpo. “El hierro contribuye al buen funcionamiento del corazón y a mantener la capacidad de ejercicio”, explica la Dra. Almudena Castro, cardióloga del Hospital Universitario La Paz de Madrid y miembro de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y la FEC.
Tal y como indica la experta, “los pacientes con insuficiencia cardiaca son más propensos a sufrir déficit de hierro”. Se calcula que en torno al 50% de estos pacientes presentan niveles bajos de este micronutriente. Por eso, es importante conocer y vigilar sus síntomas; entre los que se encuentran la caída del cabello, dificultad para respirar, las uñas quebradizas, el cansancio, la intolerancia al frío o la palidez.
La Dra. Castro aclara que “los pacientes con insuficiencia cardiaca necesitan que se les administre hierro por vía intravenosa para corregir ese déficit”. De esta forma se reducen los síntomas mejorando la calidad de vida de estos pacientes.
Además de la insuficiencia cardiaca, “otras enfermedades crónicas como la enfermedad inflamatoria intestinal o la enfermedad renal pueden provocar que una persona sea propensa a padecer ferropenia y, en la última época, cobra especial relevancia en el pronóstico, el desarrollo de un grado de anemia en el paciente crítico, así como la aparición en algunos casos de disfunción del uso de hierro por parte del organismo”, dice el Dr. Manuel Quintana, intensivista del Hospital Universitario La Paz de Madrid y miembro de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias y de la FEC.
Otro grupo de pacientes que no se debe olvidar son “las mujeres embarazadas o que acaban de dar a luz y aquellas con sangrados menstruales abundantes, quienes también son propensas a tener niveles de hierro bajos”, explica el Dr. Quintana.
El experto cree necesario resaltar que, “a pesar de que a veces la sintomatología puede ser considerada banal e, incluso, no siempre atribuible a esta situación de ferropenia, síntomas como la fragilidad de las uñas y el pelo, que son más significativos en mujeres en edad fértil, deberían ser tratados sin olvidar que, a veces, hay clínica, en edades como la adolescencia y la vejez, que es especialmente significativa”.
Alimentos ricos en hierro
Existen alimentos que tienen un alto contenido en hierro, micronutriente que puede ser tanto de origen animal como vegetal.
Entre los alimentos ricos en hierro de origen animal destacan las carnes rojas; el pavo; el conejo; el hígado; pescados como la sardina, la pescadilla, la lubina o el rape; los crustáceos como las almejas, chirlas, berberechos o mejillones; y la yema de huevo.
Los alimentos con hierro de origen vegetal son, por ejemplo, las verduras de hoja como las espinacas, las acelgas, la lombarda y el perejil; las legumbres; y los frutos secos, entre los que destacan los pistachos y las pipas de girasol.
La FEC recuerda que, para conocer los niveles de hierro y de glóbulos rojos, basta con hacer un simple análisis de sangre.