El verano y las altas temperaturas ya han llegado, y millones de españoles disfrutan en estos meses de las vacaciones estivales. En esta época del año, esperada por muchos, nuestros hábitos pueden verse afectados con facilidad, por lo que la Fundación Española del Corazón (FEC) recuerda la importancia de no olvidar seguir cuidando nuestro corazón en verano, especialmente en aquellas personas que ya padecen una enfermedad cardiovascular. El Dr. José Luis Palma, vicepresidente de la FEC apunta, en primer lugar, que “si la condición cardiaca del paciente es estable, está bien controlada y se encuentra bien, no hay problema en hacer un viaje en estas fechas”. Ahora bien, “si la enfermedad se le ha diagnosticado recientemente o si le han cambiado la medicación hace poco, es mejor posponer los viajes internacionales hasta que la condición del paciente sea estable”.
Medio de transporte adecuado
Se puede viajar en el medio de transporte que prefiramos, siempre teniendo en cuanta que los trayectos largos en avión aumentan el riesgo de sufrir el síndrome de la clase turista, “caracterizado por una trombosis venosa profunda en las venas de las piernas, que podría ocasionar un tromboembolismo pulmonar”. Este síndrome se puede producir por permanecer inmóvil en un lugar reducido y con limitaciones de movimiento durante un periodo prolongado de tiempo. Por ello, si vamos en coche, es aconsejable hacer paradas para estirar las piernas; y si viajamos en avión, tren o barco, es recomendable dar algunos paseos.
No olvidar la medicación
La falta de adherencia al tratamiento en las enfermedades cardiovasculares es un importante problema de salud. El verano supone un cambio de costumbres y nuestra actividad puede variar de un día a otro. Así, es fácil que tengamos algún despiste con el tratamiento farmacológico que seguimos, en especial si disfrutamos de las vacaciones en un país con diferencia horaria. Una buena idea, por ejemplo, es ponerse alarmas en el móvil, que nos recuerden que debemos tomar la medicación. “Por supuesto, el paciente debe llevar consigo siempre su informe médico, en el que se detalla qué medicación está tomando”, explica el Dr. Palma.
Mantenerse hidratado
En verano aumentan los ingresos hospitalarios asociados a estados de deshidratación. Ancianos, deportistas, embarazadas, niños, trabajadores al aire libre y enfermos crónicos, como los pacientes cardiovasculares, son especialmente vulnerables a sufrirla y a sus consecuencias.
El agua supone alrededor del 70% de nuestra masa corporal. En verano perdemos más líquido, por lo que ese porcentaje disminuye pudiendo dar lugar a que algunos órganos no funcionen adecuadamente. “Si llegamos a deshidratarnos se puede llegar a deteriorar nuestra función renal, llevando incluso a la aparición de arritmias”, asegura el vicepresidente de la FEC. Hay que evitar esta situación bebiendo entre dos y tres litros de agua al día, incluso aunque no tengamos sed. Así nos aseguraremos de que todos nuestros órganos, incluido el corazón, funcionarán correctamente.
¡Cuidado con los excesos!
Al igual que en Navidades, en estas fechas son muchos los que cometen excesos con la alimentación y el consumo de alcohol. La FEC recuerda la importancia de mantener una alimentación variada y equilibrada, al igual que el resto del año, si no queremos que nuestra salud cardiovascular se vea afectada. “Las personas con diabetes deben tener especial cuidado en este sentido”, remarca el Dr. Palma. Del mismo modo, hay que moderar el consumo de alcohol, pues la ingesta excesiva y brusca de bebidas alcohólicas puede provocar trastornos en el ritmo cardiaco.
Descanso y…
Si bien todos esperamos las vacaciones con el decidido objetivo de descansar, son muchos los que, en estas fechas, siguen manteniendo un ritmo frenético que les impide conseguir su objetivo. Acostarse más tarde y realizar muchas actividades de forma desordenada puede llevarnos a tener más dificultades para conciliar el sueño. Aunque una siesta de media hora es totalmente recomendable, no debemos recuperar por el día las horas de sueño perdidas durante la noche.
…ejercicio físico
La práctica de ejercicio físico es una de las mejores herramientas que tenemos para mantener el corazón en forma. Más aún en verano, cuando disponemos de más tiempo libre para dedicarlo a la práctica deportiva o al ejercicio que más nos guste. “Los deportes acuáticos son una buena y refrescante opción en verano, pero si preferimos cualquier otro debemos evitar exponernos a las horas de más calor. Lo mejor es aprovechar las primeras horas del día o las últimas, cuando las temperaturas son más bajas”, aconseja el cardiólogo.