La Fundación Española del Corazón (FEC) da el pistoletazo de salida al mes del corazón, que se celebra cada año durante septiembre y que tiene como eje principal el Día Mundial del Corazón (29 de septiembre), con el objetivo de concienciar sobre la importancia de prevenir las enfermedades cardiovasculares, primera causa de muerte en el mundo y también en España. Sin duda, una de las actividades más destacadas que la FEC organiza a lo largo del año es la Carrera Popular del Corazón, que en 2019 cumple 10 años. “Este décimo aniversario demuestra el éxito y consolidación de este evento deportivo que está pensado para que pueda participar toda la familia, y para celebrarlo hemos aumentado el número de dorsales disponibles hasta los 5.500. En años anteriores hubo mucha gente que se quedó sin poder participar y es una lástima”, destaca el Dr. Carlos Macaya, presidente de la FEC.
Esa es la principal novedad de esta edición, que se celebrará el próximo sábado 28 de septiembre, a las 09.00 horas, siguiendo su ya tradicional recorrido de 10.000 metros por la Casa de Campo de Madrid, con salida y meta junto al Puente del Rey. Las inscripciones pueden hacerse en la página web de la carrera hasta el 25 de septiembre o hasta agotar los dorsales disponibles, y existen tres modalidades de inscripción: carrera de 10 km homologada, marcha de 4’5 km y carreras infantiles de 800 metros.
De esta forma, la FEC pretende promover la práctica de ejercicio físico entre la población, desde los más pequeños a los más mayores, pasando también por los pacientes cardiópatas porque, como recuerda el Dr. Macaya, “la actividad física es fundamental para mantener una buena salud cardiovascular, siempre que se acompañe también de una alimentación variada y equilibrada”.
La inactividad física o falta de ejercicio se considera uno de los mayores factores de riesgo en el desarrollo de la enfermedad cardiovascular. Se asocia con el aumento de la obesidad, el riesgo de diabetes mellitus, hipertensión y conduce a la ateroesclerosis. El 10% de la mortalidad prematura, en especial la cardiovascular, está asociada al sedentarismo.
¿Cómo preparar una carrera?
Cuando corremos, el corazón necesita bombear más sangre y la capacidad de mayor bombeo requiere, por tanto, de un proceso de adaptación. La Dra. María Dolores Masiá, del Grupo de Trabajo de Cardiología del Deporte de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), explica que, “en el caso de presentar factores de riesgo o antecedentes cardiológicos familiares, se debe valorar someterse a un reconocimiento médico de pre-participación deportiva realizado por profesionales”.
Si durante la práctica deportiva “aparece cualquier tipo de síntoma de alarma, como dolor en el pecho, palpitaciones, más fatiga de lo normal, mareo e, incluso, pérdida de conocimiento, se deberá parar y consultar con la mayor brevedad posible a un equipo médico”. La cardióloga recuerda que “se debe ir bien preparado físicamente y, siempre que sea posible, es muy aconsejable ser asesorado por un profesional en ejercicio físico”.
Pablo A. Escobar, licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y colaborador de la FEC, da los siguientes consejos para preparar una carrera:
- Ser realista. Aspectos como el nivel inicial del que partimos, nuestras posibilidades, la experiencia que tengamos en la actividad y el tiempo del que disponemos para la preparación tendrían que determinar en gran parte los objetivos que nos propongamos: distancia y tiempo de la carrera.
- Personalizar. El entrenamiento debe ser de acuerdo a la situación de cada uno. Dar con la actividad ideal para cada corredor es clave.
- Ir poco a poco. Progresar en el entrenamiento con cautela puede evitar situaciones de fatiga muy alta y asegurar que nos adaptemos correctamente a la actividad. Además, evitará en gran medida que nos lesionemos.
- Exigirse lo justo. Casi nunca deberían realizarse sesiones extenuantes, sobre todo si pretendemos entrenar con regularidad.
- Constancia. La clave está en acumular los diferentes trabajos, así que hay que cuidarse para mantenerse sano, recuperarse bien y cumplir en la medida de lo posible con el programa.
- Descanso y alimentación. Dormir bien y suficiente, descansar por completo por lo menos un día por semana, alternar los entrenamientos más “fuertes” con días más “suaves” y llevar una buena alimentación e hidratación harán que mejoremos el rendimiento deportivo.
- Trabajar la fuerza. Dedicar dos sesiones por semana al trabajo de fuerza hará que nos mantengamos saludables, disminuye la incidencia de lesiones, mejorará nuestra composición corporal y nos puede ayudar a ser más rápidos.
- Técnica. Dedicar unos minutos a realizar diferentes ejercicios de técnica de carrera nos ayudará a reforzar el patrón de movimiento, a fortalecer estructuras sobre todo relacionadas con el pie/tobillo y, además, es una forma de mantener la flexibilidad.
- Buena entrada en calor. Antes de un entrenamiento exigente hay que dedicar el tiempo suficiente a la entrada en calor. Haremos mejor el entrenamiento y con mayor seguridad.
- Flexibilidad del programa. Un resfriado, trabajo no previsto, o situaciones familiares pueden hacen que cambiemos lo programado constantemente, sobre todo si se es deportista amateur. Lo mejor es no agobiarse si un día no se puede hacer lo previsto y tomar las decisiones que creamos más acertadas.