Este líquido blanco es uno de los alimentos más completos. De hecho, nuestra primera alimentación se basa en la leche. Pero, ¿qué sabes acerca de los nutrientes que puede ofrecerte? ¿Cuánta cantidad debes tomar?
Si nos acercamos a un comercio podemos comprobar la gran variedad de tipos de leche que existen en el mercado y, muchas veces, no sabemos cuál elegir o lo que significa la información que pone en el envase. Asimismo, respecto a la cantidad de grasa que poseen existen: desnatada (ideal para personas con afecciones cardiovasculares), semidesnatada o entera. Además, y siguiendo con la grasa, existen las leches en las que se ha modificado el tipo de grasa, es decir se han retirado la suya y se ha añadido aceites vegetales o grasa de pescado tan conocida por Omega 3. También existen tipos de este alimento que se han enriquecido con vitaminas (ácido fólico, D, etc.) o con minerales como el calcio o el yodo. Las posibilidades del consumo de leche se amplían aún más por todos los derivados lácteos que se fabrican a partir de la misma (yogures, natillas, flanes, etc.) y por su incorporación en numerosas recetas y platos gastronómicos.
¿Qué nos aporta?
Este producto es considerado un alimento con buenas cualidades nutritivas a pesar de que la mayoría de su peso es agua (87%). Uno de los aspectos que más destaca en este alimento es la cantidad y calidad de sus proteínas; suponen un 3,5% de su peso, pero tienen unas características biológicas que las hacen extraordinariamente útiles para el ser humano, por encima incluso de las proteínas de la carne y del pescado. Otro aspecto importante es la cantidad de sales minerales (calcio, fósforo y magnesio), muy importantes para la masa ósea y muscular tanto en edades de desarrollo como de mantenimientoen la etapa adulta. Por último, la leche es una buena fuente de vitaminas del grupo B, A y D que suelen estar disminuidas en las leches bajas en grasa, por lo que muchas marcas añaden vitaminas que se hayan podido perder con el procesado o con la retirada de parte de su grasa.
¿Cuánta debes tomar?
En la actualidad, la leche y sus derivados constituyen uno de los grupos de alimentos con mayor consumo a nivel mundial, especialmente en los países desarrollados. Asimismo, y debido a la alta aceptación especialmente entre los niños, su consumo puede ser excesivo si a la leche se añade el consumo de postres lácteos, yogures y otras leche fermentadas, especialmente en aquellos niños pequeños a los que no les gusta la fruta u otros alimentos y se terminan todas las tomas del día con leche u otro producto lácteo. Se recomiendan actualmente para niños y adultos entre 2 y 4 raciones al día, asegurando al menos 3 raciones en la infancia, adolescencia y embarazo. Se toma como ración un vaso de leche o dos yogures, con lo cual en una alimentación equilibrada y variada se puede ingerir al día un vaso de leche y dos yogures o dos vasos de leche y un yogur. Cuando existen problemas de intolerancia a las proteínas de la leche o a su azúcar (lactosa), su ingesta se acompaña de trastornos digestivos como mal estar (dispepsia), diarrea, vómitoso flatulencia.
En el caso de intolerancia a la lactosa se deben buscar buscar alimentos alternativos. Consulta en la dieta para la intolerancia a la lactosa elaborada por los expertos en nutrición de la Fundación.
¿Sabías que…?
El término 'leche' se debe aplicar única y exclusivamente a la leche de vacuno. Cuando procede de otro animal se debe añadir leche de oveja, de cabra, etc. Los productos a base de soja o avena tampoco deben recibir el nombre de leche sino de preparados o batidos.
Autora
Iva Marques-Lopes. Dietista-nutricionista. Facultad de Ciencias de la Salud y el Deporte de la Universidad de Zaragoza
Artículo publicado en el número 46 de la Revista 'Corazón y Salud'