Los científicos llevan años buscando en el interior del cerebro para tratar de encontrar la causa de una enfermedad: el Alzheimer, cuya prevalencia se ha disparado en los últimos años, siendo la principal causa del deterioro cognitivo senil y de la consecuente incapacidad física y mental.
Estas investigaciones han aportado y siguen aportando informaciones muy valiosas pero cuyas repercusiones en el terreno de la prevención y la terapia han dado, hasta ahora, resultados descorazonadores. No obstante, gracias a estas investigaciones se sabe que la abundante presencia de unas determinadas proteínas favorecería el desarrollo de unas placas de sustancia amiloide que al ovillarse en torno a las neuronas y a sus interconexiones traería consigo no sólo la pérdida de las unidades funcionales básicas del cerebro (las neuronas) sino, sobre todo, las conexiones entre ellas cuyos efectos inmediatos serían los síntomas típicos del Alzheimer, que son, hoy en día, sobradamente conocidos por todo el mundo. La abundancia de placas amiloides dificultaría, además, el drenaje del líquido cerebroespinal lo que incrementaría, paralelamente, la presión intracraneal.
Recientemente, científicos de la Facultad de Medicina y el Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Buffalo (NY. EEUU) han centrado sus investigaciones fuera del cerebro y han descubierto algunos hechos sorprendentes.
Venas yugulares, en la mira de los investigadores
Se sabía, desde hace tiempo, que en las personas mayores las válvulas conniventes venosas, encargadas de que el flujo sanguíneo circule siempre en dirección al corazón, muestran una marcada tendencia a la incompetencia, tanto en su apertura como en el cierre. Este trastorno, a nivel de las piernas, provoca el conocido síndrome varicoso, de evolución progresiva y que en muchos casos requiere una solución quirúrgica. Pues bien, científicos de la mencionada universidad americana han observado un fenómeno similar en las venas yugulares del cuello que son las encargadas de recoger toda la sangre procedente del cerebro para vehicularla al corazón y de ahí a los pulmones para la necesaria recaptación de oxígeno y liberación de carbónico.
Según estos trabajos, un cierre valvular venoso deficiente, en especial en las yugulares internas, permitiría el reflujo retrógrado de la sangre venosa hacia el cerebro provocando un remanso en determinadas áreas favoreciendo el desarrollo de placas de sustancia amiloide, particularmente a nivel de la sustancia blanca del cerebro, lo que conduciría a la destrucción neuronal y de sus inter-conexiones. Clínicamente, estos hechos inducirían una pérdida de la capacidad cognitiva del paciente, que es el síntoma alarma y el más característico del Alzheimer a lo largo de toda su evolución.
Este primer estudio de aproximación al problema ha sido llevado a cabo con un reducido número de pacientes afectos de Alzheimer, los cuales han sido examinados con técnicas de doppler vascular a nivel del cuello y con resonancia magnética cerebral.
Según palabras del Dr. Robert Zivadinov, responsable de la investigación, es este el primer estudio clínico que ha dejado de observar el sistema arterial cerebral como responsable directo del problema (como hasta ahora se pensaba), para focalizar la atención en el sistema venoso de drenaje a nivel del cuello y en la incompetencia de las válvulas anti-reflujo. De confirmarse estos hallazgos con estudios más amplios y elaborados, posiblemente se habría dado un gran paso en el estudio de la génesis de la enfermedad lo que traería consigo el desarrollo de terapias, posiblemente mecánicas, que evitando el reflujo sanguíneo del sistema yugular, evitase, consecuentemente, la aparición de la enfermedad y mejorara, quién sabe, un cuadro clínico de expectativas dramáticas.
Autor
Dr. José Luis Palma Gámiz
Vicepresidente de la Fundación Española del Corazón
Twitter: @jlpalmagamiz