Prevenir la enfermedad cardiovascular es clave para que deje de ser la primera causa de mortalidad. Para ello resulta fundamental mantener a raya factores de riesgo clásicos como el tabaco, niveles altos de colesterol, hipertensión, diabetes u obesidad. Quienes los padecen son considerados por el colectivo médico pacientes de riesgo. Sin embargo, también es posible identificar a esos pacientes de riesgo observando algo que hasta hace unos años se había pasado por alto en su relación con la enfermedad cardiovascular: la salud periodontal.
Según explicó en la segunda sesión del Foro Cardiovascular para Pacientes y Familiares el doctor Juan José Gómez-Doblas, hay una clara asociación entre tener una enfermedad periodontal y padecer una enfermedad cardiovascular. “Quienes tienen problemas de caída de piezas dentales o inflamación gingival de la encía con sangrado, pueden tener también problemas cardiovasuclares. Tenemos evidencias de que una patología está relacionada con la otra”, señaló Gómez-Doblas, jefe de sección de Cardiología Clínica del Hospital Universitario Virgen de la Victoria (Málaga).
Una muestra de que esa relación entre boca y corazón es más estrecha de lo que se imaginaba la proporcionan los números: entre las personas con cardiopatía isquémica en España, alrededor del 40% ya ha sufrido pérdida de piezas dentales, lo que indica que la enfermedad periodontal grave es muy frecuente en pacientes con problemas coronarios. Uno de los vínculos que comparten ambas patologías es que muchos de los factores de riesgo que se relacionan con la enfermedad periodontal a su vez se relacionan con la enfermedad cardiovascular. Entre ellos el tabaquismo, la diabetes, la obesidad, el estrés, las alteraciones genéticas o la edad, entre otros. “Son factores de riesgo compartidos por los dos tipos de enfermedades. Y eso explicaría que haya una asociación entre ambas”, señaló Gómez-Doblas en el Foro Cardiovascular.
¿Relación causal o casual?
Dadas las evidencias citadas, el colectivo médico no duda de que hay una asociación entre ambas enfemerdades. Pero, ¿se trata de una asociación causal o casual? El doctor Juan José Gómez-Doblas explicó que la periodontitis es una enfermedad inflamatoria e infecciosa, causada porque tenemos bacterias en la boca que producen una inflamación constante de nuestras encías. Esa situación produce una serie de efectos proinflamatorios que, aunque estén localizados en la boca, se van a transmitir a nivel coronario a través de las arterias del corazón, además de provocar alteración en el sistema inmune, favorecer las trombosis y fomentar alteraciones de la síntesis del corazón. “Esos mecanismos biológicos explicarían la relación entre enfermedad periodontal y enfermedad cardiovascular”, resumió Gómez-Doblas, que explicó que la inflamación que existe a nivel de la encía va a elevar una serie de marcadores de sustancias que son protrombóticas y proinflamatorias, las mismas que provocarían la afectación vascular.
De ahí que tanto el doctor Gómez-Doblas como el doctor Antonio Bujaldón, coordinador del grupo de trabajo SEC-SECPA y también ponente en esta charla moderada por la doctora Almudena Castro, cardióloga del Hospital Universitario La Paz (Madrid) aseguraran en este encuentro que el odóntologo debe tener un papel en la prevención de la enfermedad cardiovascular, ya que podría identificar pacientes de alto riesgo cardiaco. Por su parte, los especialistas en Cardiología podrían incluir la periodontitis como un factor de riesgo cardiovascular más, además de derivar al dentista para ser tratados a aquellos pacientes con historial de enfermedad periodontal, de forma que pudieran mejorar su salud cardiovascular. “La identificación y el tratamiento de la enfermedad periodontal va a tener un beneficio sobre la reducción de la enfermedad cardiovascular”, concluyó Gómez-Doblas.