En España hay más de cinco millones de personas que padecen diabetes, uno de los principales factores de riesgo cardiovascular: según distintas investigaciones, sufrir esta patología aumenta entre dos y cuatro veces la probabilidad de padecer alguna enfermedad cardiovascular. Sin embargo, si se consigue mantener controlada, ese riesgo puede reducirse más de un 40%, advierte la World Heart Federation.
Por el contrario, si no se mantiene a raya, provoca el desarrollo de la aterosclerosis, lo que produce un estrechamiento de las arterias y una disminución del riego sanguíneo. Cuando afecta a las arterias coronarias provoca cardiopatía isquémica (angina de pecho e infarto de miocardio) y en muchos casos también insuficiencia cardiaca. Otro problema es que la diabetes tiene la capacidad de afectar los nervios que inervan el corazón y provocar alteraciones del ritmo cardiaco e incluso disminuir la sensibilidad al dolor, por lo que en ocasiones hay pacientes diabéticos que pueden sufrir infartos silentes (sin dolor).
De ahí que los médicos insistan en la importancia del control glucémico. Para lograrlo es importante seguir el tratamiento marcado por el especialista, pero además hay medidas no farmacológicas que ayudan a controlar la diabetes, y esas mismas medidas pueden prevenir la aparición de la diabetes de tipo 2, por lo que son válidas para toda la población. Consisten en seguir los siguientes hábitos cardiosaludables:
- Alimentación equilibrada. La dieta mediterránea es una buena base para seguir unos hábitos alimenticios cardiosaludables: consumir diariamente verduras, hortalizas y frutas, incluir las legumbres y los pescados en nuestro menú al menos dos veces por semana, evitar consumir carnes muy grasas o sustituirlas por carnes magras, usar aceite de oliva… Además conviene reducir la ingesta de azúcares y de hidratos de carbono, en especial los de alto índice glucémico (pan blanco, pasta, harinas no refinadas, bollería industrial...). También es importante evitar en lo posible el consumo de alcohol.
- Deporte. Una de las causas de la aparición de la diabetes tipo 2 es el sedentarismo, por eso la práctica de ejercicio es una herramienta para prevenir la enfermedad. La OMS recomienda para estos casos 150 minutos de marcha rápida. Entre quienes ya padecen diabetes, practicar rutinas deportivas de forma regular ayuda al control de la patología. Los deportes más recomendables son caminar, correr y montar en bicicleta, aunque cualquier ejercicio aeróbico es una buena opción. Si la práctica de ejercicio es frecuente podemos aumentar la utilización de glucosa por el músculo, mejorar la sensibilidad a la insulina, controlar el peso y evitar la obesidad.
- Dejar de fumar. Olvidarse del tabaco también es una buena estrategia tanto para evitar la aparición de la diabetes – se calcula que los fumadores tienen entre un 30 y un 40% más probabilidades de padecer diabetes tipo 2 que los no fumadores- como para prevenir complicaciones derivadas de la diabetes.