Hasta la llegada de la menopausia, las mujeres cuentan con la protección de los estrógenos, unas hormonas femeninas que ayudan a mantener a raya determinados factores de riesgo cardiovascular. Sin embargo, al finalizar la fase fértil tienen lugar una serie de cambios en el organismo femenino ante los cuales debemos estar alerta, ya que aumentan la probabilidad de que la enfermedad cardiaca aparezca.
Entre esos cambios que suele traer consigo la menopausia se encuentran el aumento de los niveles de colesterol, del peso y también de la glucosa, además de una tendencia mayor a padecer hipertensión. Por eso el perfil de riesgo cardiovascular se ve alterado, ya que tanto los niveles altos de colesterol como la obesidad, la diabetes y la hipertensión influyen negativamente en la salud cardiaca. Vigilar esos posibles cambios a través de controles de salud más frecuentes que permitan que los factores de riesgo no se disparen es la recomendación del colectivo médico, que recuerda que la primera causa de muerte en mujeres post-menopáusicas es el ictus y la segunda, la enfermedad cardiovascular.
“Lo que se ha observado es que la edad de aparición de los problemas cardiovasculares en la mujer es algo más tardía en comparación con los hombres, pero comienza a igualarse a partir de los 50 años debido a los cambios que se producen con la menopausia”, explica Nieves Tarín, cardióloga, directora médica del Hospital Universitario de Móstoles (Madrid) y miembro del Consejo de Expertos de la Fundación Española del Corazón.
Controles rutinarios
Una analítica simple y una toma de presión arterial bastan para saber si todo está en orden o si, por el contrario, es necesario acudir a un especialista para que la obesidad, los niveles de colesterol, la diabetes o la hipertensión sean tratadas. Tanto la analítica como la toma de presión arterial pueden realizarse en el centro de salud, por lo que la recomendación de los cardiólogos es que las mujeres acudan con cierta frecuencia a su médico o enfermera del centro de atención primaria correspondiente. En caso de que detecten alguna anomalía derivarán a la paciente al especialista que consideren oportuno para ayudar a evitar la aparición de la enfermedad cardiovascular.
Respecto a las mujeres que además cuenten con una alta carga de otro tipo de factores de riesgo, como antecedentes familiares, enfermedades que propician la aparición de la patología cardiovascular, medicamentos especiales o alguna otra alteración que aumente el riesgo cardiaco, deben comentar su situación con su médico de cabecera para que pueda consultar directamente con el cardiólogo.
Además de ese control médico es muy importante seguir las recomendaciones preventivas relacionadas con una alimentación sana y equilibrada y realizar ejercicio físico con frecuencia a lo largo de la semana. También es conveniente evitar el tabaco.