Es la primera causa de muerte entre las mujeres, y sin embargo la enfermedad cardiovascular sigue siendo la gran olvidada de la salud femenina. “Se creía y se sigue creyendo que el cáncer de mama es la principal causa de muerte en las mujeres, cuando no es así”, señala la doctora Antonia Sambola, cardióloga de la Unidad de Cuidados Agudos Cardiológicos del Hospital Universitario Vall d’Hebron de Barcelona.
El gran peso que tiene la enfermedad cardiovascular en la mujer ha quedado demostrado en cifras: como recuerda la coordinadora del Grupo de Trabajo de Mujeres en Cardiología de Sociedad Española de Cardiología, aunque no se conoce con exactitud cuál es la prevalencia de enfermedad cardiovascular en la mujer a día de hoy en España, sí se ha determinado la tasa media de mortalidad por causa cardiovascular, que en 2017 - últimos datos que se tienen disponibles- se situó en el 31,98%. Dentro de la enfermedad vascular, el ictus es la primera causa y el infarto la segunda.
Por eso la doctora Antonia Sambola afirma que se deben tomar medidas para combatir estas cifras y que las patologías cardiovasculares dejen de ser las grandes olvidadas para ellas. Esas medidas pasan en primer lugar por fomentar el autocuidado y llevar unas rutinas cardiosaludables en el día a día. “Las medidas más eficaces para que las mujeres puedan prevenir las enfermedades cardiovasculares son la concienciación de la importancia del autocuidado desde la niñez y fomentar hábitos saludables como evitar el tabaco y el sedentarismo y seguir una alimentación equilibrada”, señala Antonia Sambola, miembro del Board de la Asociación de Cuidados Agudos Cardiovasculares de la Sociedad Europea de Cardiología.
“Por otra parte, también es importante la información a los profesionales sanitarios de la importancia del screening de los factores de riesgo cardiovascular y su precoz tratamiento en las mujeres, de acuerdo con las recomendaciones de las guías de práctica clínica”, añade.
Más cuidados tras la llegada de la menopausia
Vigilar con especial atención los factores de riesgo cardiaco a los que hace referencia la cardióloga Antonia Sambola es especialmente importante cuando aparece la menopausia. Hasta su llegada, las mujeres cuentan con la protección de los estrógenos, unas hormonas femeninas que ayudan a controlar los niveles elevados de colesterol y de glucosa o el sobrepeso. Pero al finalizar la fase fértil hay cambios en el organismo de la mujer que incrementan la probabilidad de que la enfermedad cardiaca aparezca.
El aumento de los niveles de colesterol, del peso y también de los niveles de glucosa en sangre, además de una tendencia mayor a padecer hipertensión, son los principales cambios ante los que conviene estar alerta.
También es beneficioso conocer los síntomas del infarto para poder actuar con rapidez en caso de que se den. Según explica la doctora Antonia Sambola, esos síntomas no difieren en lo esencial de los que padecen los hombres. “Las mujeres tienen los mismos síntomas que los hombres cuando tienen un infarto: dolor torácico, disnea e irradiación al brazo (más frecuentemente izquierdo) al cuello o las mandíbulas. Lo que sí suelen tener es más síntomas vegetativos asociados al dolor torácico: náuseas, vómitos o mareo”, señala. La mortalidad por infarto en la mujer es entre un 7 y un 10% más elevada que en el hombre.