¿Hay alguna relación entre el sexo y la salud cardiovascular? Los expertos afirman que sí, e incluso que es estrecha. Y hay varias razones que lo explican. En primer lugar, la disfunción eréctil tiene los mismos factores de riesgo que la enfermedad coronaria, lo que establece ya una vinculación. Pero además, la disfunción eréctil puede ser un predictor de problemas cardiovasculares.
Como explica el doctor Esteban García Porrero, miembro del Grupo de Trabajo ‘Disfunciones sexuales en Cardiología’ de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), “el endotelio de las arterias del pene muestra antes la disfunción que el coronario, porque es muy sensible a la dilatación. Por eso cuando hay algún problema en la dilatación de las arterias del pene ya se produce la disfunción eréctil. Y en cambio, para que la enfermedad coronaria muestre síntomas tiene que tener una obstrucción del 70%”, afirma añadiendo que la disfunción eréctil precede en unos tres años a la enfermedad coronaria. “Es un buen predictor y por eso es importante consultar con el médico si nos ocurre, aunque no todas las disfunciones eréctiles indican que hay un problema cardiovascular. La visita al médico es fundamental para descartar enfermedades”, dice.
También es posible que la disfunción eréctil aparezca después del evento cardiaco. De hecho, los pacientes que han sufrido un infarto de miocardio tienen un porcentaje muy alto de disfunción eréctil, aclara el Dr. Esteban García Porrero. Algunos la padecen por razones psicológicas. “Muchos pacientes tienen miedo porque piensan que supone un esfuerzo para el que no están preparados, aunque en realidad los pacientes que están revascularizados y no tienen isquemia o mantienen una buena función ventricular después del infarto no tienen un riesgo mayor que la población sana”, señala recordando que se pueden retomar las relaciones sexuales en cuanto el paciente se encuentre bien. Lo muestra con el ejemplo de las escaleras: la actividad física que requiere una relación sexual se compara con la necesaria para subir dos pisos de escaleras, por lo que si se es capaz de subir dos pisos de escaleras sin tener dolor en el pecho o fatiga excesiva, esa persona será capaz, desde el punto de vista físico, de mantener relaciones sexuales plenas.
Otra posible causa de disfunción eréctil tras pasar por un infarto es la medicación. “Determinados fármacos, como los betabloqueantes, favorecen la disfunción eréctil, al igual que los diuréticos. Sin embargo, eso es fácil de corregir ya que esos medicamentos se pueden sustituir por otros que no produzcan ese problema”, señala el cardiólogo.
El papel de la rehabilitación cardiaca
La información para acabar con falsos mitos relacionados con la actividad sexual y la salud cardiovascular es fundamental, en opinión del Dr. García Porrero. Por eso afirma que en todos los equipos de rehabilitación cardiaca debe haber un profesional formado en sexualidad que pueda informar sobre creencias erróneas extendidas en gran parte de la población, como que el alcohol o el tabaco mejoran la sexualidad, además de resolver todas las dudas del paciente en este campo.
Incluso puede informar al paciente de que, en caso de que fuera necesario, existe tratamiento farmacológico contra la disfunción eréctil, y que esta no afectará negativamente a su salud. “La única contraindicación que tienen los inhibidores de la fosfodiesterasa, que son los fármacos de la familia de la Viagra, es que no se deben tomar con nitratos. Por lo demás, estos fármacos son vasodilatadores, por lo que no tendrían por qué influir en la salud coronaria salvo si se están tomando otros vasodilatadores, en cuyo caso pueden potenciar el efecto y bajar demasiado la tensión”, afirma.
Además, en las unidades de rehabilitación cardiaca enseñan al paciente cómo mantener los factores de riesgo cardiovascular controlados, lo que a su vez mejora la sexualidad. “Potenciar los aspectos positivos de las relaciones humanas y del estilo de vida cardiosaludable es clave. Si enseñamos a comer bien, el paciente disfrutará más de los alimentos al tiempo que mejora en su recuperación. Al igual que si tiene una mejor condición física porque comienza a hacer ejercicio, eso repercute positivamente en su actividad sexual”, señala el Dr. García Porrero.
Cómo mejorar la vida sexual
Seguir un estilo de vida saludable es el primer consejo de los especialistas para combatir la disfunción sexual. Pero además hay otras recomendaciones que pueden mejorar la actividad sexual de los pacientes cardiópatas si tienen dificultades en este aspecto. Estas son las principales:
- Concienciarse del efecto negativo del estrés y el exceso de trabajo en la sexualidad, ya que esta puede verse afectada.
- Dedicarse tiempo a uno mismo, a la relación de pareja y a la trascendencia que esto tiene para la salud en general.
- Cultivar un clima de tolerancia a la frustración, ya que puede haber altibajos en el tratamiento. “No siempre puede salir todo bien a la primera, y es importante tratar este asunto con cierto sentido del humor, que facilita mucho las cosas”, recuerda el Dr. García Porrero.
- Incentivar unas relaciones sexuales flexibles y espontáneas, donde la sensualidad y la ternura tengan un papel importante y no existan obligaciones absolutas, como llegar siempre al orgasmo.
- Es fundamental que la pareja intervenga en el proceso de tratamiento. Si no hay colaboración por parte de la pareja, resulta muy complicado lograr resultados.
- Si una persona que ha tenido disfunción eréctil quiere iniciar una relación de pareja, una manera de ganar seguridad es a través de la masturbación. “De esa forma, tendremos el convencimiento de que el cuerpo funciona bien y ganaremos confianza”, señala el Dr. Esteban García Porrero.