Uno de los pilares más eficaces para combatir la enfermedad cardiovascular es el ejercicio físico. Y entre las distintas disciplinas que podemos elegir, caminar es una práctica muy recomendada por los expertos. No solo porque produce menos desgaste que correr y tiene un riesgo de lesiones más bajo, sino también porque los paseos a ritmo ligero reportan beneficios a corto y largo plazo sobre la tensión arterial, el control del peso, los riesgos asociados a la diabetes tipo 2, la reducción de triglicéridos o el aumento de los niveles de colesterol HDL.
Incluso es una recomendación válida para la mayoría de pacientes que ya han sufrido algún evento cardiaco porque mejora la respuesta del corazón al esfuerzo debido a que aumenta el tamaño de las cavidades del corazón y, por tanto, la cantidad de sangre en cada latido, incrementando el transporte de oxígeno y sustancias nutritivas.
Pero, ¿cuánto debemos caminar para obtener esa larga lista de beneficios? Como explica el doctor Manuel Francisco Jiménez Navarro en un artículo del blog de la Sociedad Española de Cardiología, un metaanálisis de diecisiete estudios con 226.889 participantes de población general sana concluye que cuanto más caminemos, más beneficios obtendremos para la salud. Y esos beneficios se dan ya a partir de 3.967 pasos al día. “Caminar al menos 3.967 pasos al día podría reducir el riesgo de muerte por cualquier causa y caminar al menos 2.337 pasos al día reducía el riesgo de muerte CV. Tenemos un mensaje claro para la población sana como la del estudio que nos consulta: camine todos los días al menos 4.000 pasos para reducir la mortalidad global y 2.400 para reducir la mortalidad CV”, explica el doctor Jiménez Navarro en el artículo.
Además, cada incremento de 1.000 pasos se correlaciona con una reducción significativa de la mortalidad por todas las causas del 15% y un incremento de 500 pasos con una reducción del riesgo de mortalidad CV del 7%. “Utilizando el modelo dosis-respuesta, se observa una fuerte asociación inversa no lineal entre el número de pasos y la mortalidad por todas las causas”, señala el cardiólogo añadiendo que este metaanálisis también muestra la importancia de caminar tanto en pacientes mayores (definidos en el estudio como mayores de 59 años) como en menores con importantes mejoras de salud, “aunque el número de pasos para conseguirlas pueda ser mayor en los jóvenes”. Por eso anima a la población mayor de 59 años a realizar actividad física con unos objetivos alcanzables.
Por otra parte, en este trabajo se evalúa por primera vez el efecto de caminar hasta 20.000 pasos al día y muestra cómo la mejora de la salud es aún mayor, confirmando la teoría de que cuanto más pasos, “mejor” para la salud en términos de mortalidad.