El Dr. Carlos Macaya, presidente de la Fundación Española del Corazón (FEC), ha comparecido ante la Comisión para las Políticas Integrales de la Discapacidad, en el Congreso de los Diputados, con el fin de informar sobre las situaciones de discapacidad producidas por las enfermedades y eventos cardiovasculares y su repercusión en la calidad de vida de las personas afectadas y sus familias.
El Dr. Macaya ha recordado que la misión principal de la FEC es “promover la salud para todas las personas mediante la prevención, la educación y la investigación en materia cardiovascular”.
De esta forma y tras un análisis de la situación en torno a las enfermedades cardiovasculares ha manifestado la necesidad de reforzar las medidas de prevención primaria, además de mantener las dirigidas a la prevención secundaria. “No nos cansaremos de insistir en que estamos ante la principal causa de muerte y de discapacidad laboral y que, sin embargo, estas enfermedades son prevenibles en más del 80% de los casos. Resulta por tanto esencial trabajar en campañas de promoción y educación de la población que fomenten los hábitos de vida saludable y que contribuyan a la reducción de los factores de riesgo causantes de la enfermedad, pues si logramos controlarlos, el número de personas afectadas por eventos cardiovasculares se reduciría, al tiempo que se lograría mejorar la calidad de vida de la población en general”, ha expresado el Dr. Macaya.
En su intervención, el presidente de la FEC ha querido transmitir a los diputados allí presentes la necesidad de actuar, de promover estrategias de prevención y de fomentar un estilo de vida saludable desde la infancia, así como de educar a los pacientes y a sus familiares, y también a la población en general, sobre la importancia de reducir los factores de riesgos que puedan derivar en una enfermedad cardiovascular o la reincidencia de un nuevo evento, en el caso de aquellos pacientes ya afectados por esa patología.
En definitiva, se deben promover medidas sencillas, pero que pueden salvar vidas y que pueden evitar incapacidades temporales y situaciones de discapacidad, así como dramas familiares y situaciones de precariedad económica, sin olvidar, que, en última instancia, suponen un beneficio para toda la sociedad y una reducción de los costes sanitarios y de asistencia a la dependencia.
“A pesar del avance de la investigación en los últimos años, vamos con retraso en el reconocimiento del papel que juega la prevención, quizás la acción más efectiva de todas, tanto para el sostenimiento del sistema sanitario, que no podrá soportar los tratamientos de una población envejecida, enferma y dependiente, como por su papel en promover la salud individual, ayudando, en la derivada colectiva, a construir sociedades sólidas, productivas y felices”, ha recordado el Dr. Macaya.