Se acercan las fechas navideñas, y con ellas un gran número de celebraciones que conllevan un sinfín de comidas familiares y reuniones con los amigos en las que nunca faltan los típicos dulces navideños. Según la Asociación Española del Dulce, el 85% de la población afirma consumir turrones, mazapanes y otros productos propios de estas fechas sin pensar en las consecuencias que pueden suponer para nuestra salud.
Consciente de la realidad, la Fundación Española del Corazón (FEC) recomienda leer detenidamente la composición de estos alimentos antes de consumirlos, pues, dentro de los denominados dulces navideños, los turrones o mazapanes con base de almendra son los menos perjudiciales ya que ésta contiene una grasa beneficiosa para nuestra salud cardiovascular. Así, el turrón de Jijona está elaborado con un mínimo del 64% de almendras, mientras que el de yema sólo contiene el 45%. Por el contrario, los turrones de chocolate, mantecados y polvorones contienen una alta dosis de grasas saturadas que favorecen la obesidad y la elevación del colesterol.
De este modo, durante la época navideña es habitual incrementar la grasa visceral, la que se deposita en el abdomen. Esta grasa tiende a aumentar mucho el riesgo de enfermedad de los vasos del corazón y del cerebro. Por ello conviene mantener a raya el perímetro abdominal, de modo que no se superen los 102 centímetros en el caso de los hombres o los 88 centímetros en el de las mujeres.
El consumo irresponsable de dulces puede ocasionar, además, el descontrol de los niveles de glucosa en pacientes diabéticos, empeorando o generando un riesgo de enfermedad cardiovascular.
En cuanto a los platos principales, es aconsejable evitar los excesos de sal y utilizar aceite de oliva en la cocina, puesto que éste, además de ayudar a disminuir los niveles de colesterol, beneficia el control de la hipertensión arterial, a diferencia de otros aceites vegetales como el de palma. Aún así, es preferible recurrir a la comida al vapor, al horno, a la parrilla o a la plancha antes que frita, aunque sea con aceite de oliva. Asimismo, conviene tomar alimentos bajos en grasa como el pescado, el pavo o el pollo, intentado evitar el cordero o el cerdo.
Tal y como indica la Dra. Petra Sanz, miembro de la SEC y cardiólogo del Hospital Fundación Alcorcón: “Es muy importante mirar la composición de los alimentos y no caer en el error de pensar que los productos etiquetados como “turrón sin azúcar” o “sin azucares añadidos” son beneficiosos para nuestra salud, ya que éstos evidentemente no llevan azúcar pero pueden ser altos en grasas saturadas y aumentar así los niveles de colesterol”.
Aunque se trate de una época festiva donde la comida y la bebida son las protagonistas, la FEC recuerda, especialmente a aquellos que sufren de hipertensión arterial, insuficiencia cardiaca, cardiopatía isquémica, diabetes o angina de pecho, que es esencial controlar los excesos, para evitar descompensaciones o problemas mayores.