Un estudio publicado en el European Journal of Preventive Cardiology, publicación de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC), afirma que la hipertensión arterial (HTA) causa fibrilación auricular (FA). Tal y como indica la Dra. Raquel Campuzano, presidenta de la Asociación de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), la investigación proporciona por primera vez datos de esta relación causal y, “además, el uso de información genética minimiza una posible relación causal inversa; es decir, que la fibrilación auricular cause la hipertensión arterial, o que otras condiciones fueran responsables o actuaran como factores de confusión en el desarrollo de esta arritmia”. “El estudio muestra que esa relación no fue impulsada por la presencia de otros factores como la enfermedad de las arterias coronarias o la obesidad”, detalla la Dra. Campuzano.
Lo novedoso de este trabajo es que analiza la relación entre la HTA y la FA por aleatorización mendeliana. Este método utiliza variantes genéticas para determinar si una asociación observacional entre un factor de riesgo como la HTA y un resultado como la FA puede ser causal.
“Se basa en que, durante el desarrollo del ser humano, la meiosis celular (modo de replicación celular diferente a la mitosis) hace que los individuos se repartan en una distribución aleatoria, bien para heredar una variante genética que afecta a un factor de riesgo, como por ejemplo la hipertensión arterial, o bien para no heredar dicha variante”, explica la presidenta de la Asociación de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la SEC.
Las variantes genéticas generalmente no están asociadas con factores de confusión, por lo que si hay diferentes resultados en la aparición de la FA entre unos individuos y otros, podrían atribuirse a la diferencia en el factor de riesgo y apoyaría un efecto causal.
Para investigar si la presión arterial tiene un impacto directo sobre el riesgo de fibrilación auricular, los investigadores de este estudio utilizaron las bases de genoma completo (GWAS) incluyendo la presión arterial y la fibrilación auricular de más de un millón de personas de ascendencia europea, de las cuales 60.620 tenían fibrilación auricular y 970.216, no. El primer paso fue identificar 894 variantes genéticas asociadas con la presión arterial (sistólica, diastólica o presión de pulso). Dichas variables estaban asignadas naturalmente de forma aleatoria entre todos los participantes desde el momento de su concepción, dando a cada individuo un nivel de presión arterial.
Los investigadores analizaron entonces la asociación entre la presión arterial y la fibrilación auricular y obtuvieron que cada aumento de 1mmHg en la presión arterial sistólica, la presión arterial diastólica y la presión del pulso (definida como diferencia entre la presión arterial sistólica y diastólica) se asocia con un aumento relativo del 1,8%, del 2,6% y del 1,4% respectivamente en el riesgo de fibrilación auricular. Esa asociación se mantuvo pese a excluir los polimorfismos genéticos relacionados con la obesidad o la enfermedad isquémica.
Es por ello el primer estudio en sugerir una relación causal desde el punto de vista genético entre la HTA y la FA. No obstante, “tiene algunas limitaciones del propio método para inferir causalidad, de excluir pleiotropismo de las variables utilizadas; es decir, que esas variables influyan en la fibrilación auricular por otra vía, así como el no haber considerado la presencia de diabetes, alcohol, enfermedad valvular o tratamientos para la hipertensión”, puntualiza la especialista en cardiología.
Estrategias de prevención
“Estos resultados son importantes porque sostienen la hipótesis de que la fibrilación auricular es prevenible y controlar estrictamente la tensión arterial es una estrategia muy eficaz”, valora la Dra. Campuzano, quien coincide con el autor del estudio, el Dr. Georgios Georgiopoulos, en que esta investigación proporciona un impulso adicional para llevar a cabo estrategias de salud públicas destinadas a mejorar el control de la presión arterial en la población general, y a los esfuerzos individuales para mantener los niveles bajo control. Sin olvidar que buenos hábitos de vida, el ejercicio y el normopeso también previenen la fibrilación auricular y controlan mejor la tensión arterial.
La fibrilación auricular es la arritmia cardiaca más común entre la población, afectando a más de 40 millones de personas en todo el mundo. En España, se estima que la padecen en torno a un millón de personas, de las cuales 100.00 estarían sin diagnosticar, extrapolando los datos del estudio OFRECE.
Respecto a la prevalencia de la hipertensión arterial en España, el estudio Di@bet.es indica que el 42,6% de la población adulta española es hipertensa y el 37,4% de los hipertensos está sin diagnosticar. La Dra. Campuzano recuerda que en España, el grado de control de la hipertensión arterial es bajo, “por lo que hay que trabajar más en su prevención y tratamiento”. Y es que, como pone de manifiesto este estudio, el control estricto de la presión arterial podría ser una estrategia eficaz para evitar la aparición de fibrilación auricular y sus complicaciones, entre las que se incluyen el ictus, la insuficiencia cardiaca o la demencia.