Rica en agua, con un contenido moderado de fibra, minerales y vitaminas, y bajo aporte calórico, la berenejena es un alimento muy versátil e ideal para aquellas personas que deban vigilar su peso. Conoce más sobre esta hortaliza.
La berenjena es un fruto sensible al frío y, por ello, su época de mayor producción es el verano, aunque se puede encontrar todo el año. Al igual que el tomate, el pimiento y la patata pertenece a la familia de las solanaceas que se caracterizan por contener una sustancia tóxica, denominada solanina y que es producida como defensa de las plantas frente a sus depredadores.
Sabor delicado
Una de sus características más positivas es que tiene un sabor muy suave y delicado. Esto le convierte en una hortaliza muy versátil en diferentes recetas, puesto que se presenta ideal como guarnición para carnes, pescados y huevos tanto rebozada, asada o en revuelto, así como es un ingrediente interesante de cremas de verdura junto a otros vegetales y es perfecta rellena de carne o pescado y verduras, cubierta con bechamel, con queso o salsa de tomate, etc. De hecho, muchas familias se sorprenden una vez que la prueban y la incorporan a su menú familiar.
También resulta muy agradable tomada rebozada o frita, pero, debido a su peculiar textura, absorbe mucho aceite y otras grasas, lo que hace que no sea recomendable para aquellas personas que deben vigilar su peso. Además, una pieza mediana tiene solamente 25 calorías. Por este motivo, no puede faltar en una dieta hipocalórica.
A nivel nutricional no es una hortaliza que destaque especialmente por ser una fuente especial de ningún nutriente. Sin embargo, como todas las hortalizas, tiene un contenido muy elevado de agua (92 por ciento) y, además, un contenido moderado de fibra, vitaminas y minerales, especialmente el manganeso, muy importante para que las células puedan aprovechar la energía y realizar sus funciones.
Otro de los minerales con importante presencia es el potasio, imprescindible para una correcta transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal, así como para el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula.
¿Contra el colesterol?
A lo largo de los último años, se ha hablado de su potencial para reducir el colesterol y prevenir la arterioesclerosis. Si bien en animales se han visto mayores efectos reductores del colesterol en sangre, existe pocos ensayos controlados en seres humanos y los resultados son contradictorios. Asimismo, diversos estudios en los que se ha sometido a varios pacientes con el colesterol elevado a tomar infusiones de berenjena o bien el jugo de extracto de berenjena (dos de las formas más utilizadas) para bajar el colesterol se ha visto que tiene un efecto modesto y transitorio en los valores de colesterol. De hecho, en una reciente revisión de estudios sobre la utilización de plantas en la reducción de colesterol sanguíneo, se consideró que no existe ninguna evidencia sólida en la ingesta de esta hortaliza como forma de bajar el colesterol.
Nunca cruda
La berenjena contiene una sustancia alcaloide denominada solanina que es tóxica si se consume cruda, pero que la cocción inactiva. Si bien es cierto que la cantidad existente no es suficiente para crear una intoxicación, tampoco es agradable comerla cruda. Es más, hasta el siglo pasado se le conocía como solanum insanum, ya que se creía que la solanina producía alucinaciones.
Elije bien la pieza
Al comprar las berenjenas debemos fijarnos en las que tengan una forma alargada, que estén duras o tersas y que tengan la piel brillante. Hay que consumirlas en una semana, puesto que no es una hortaliza que se conserve mucho tiempo. Además, al prepararlas, es mejor echarles un poco de limón o vinagre para que no se pongan oscuras.
No solo en la cocina
Se comercializan algunos productos hechos con extractos de la piel de berenjena que es muy rica en antocianinas y otros flavonoides responsables de su color morado. Estas sustancias tienen una actividad altamente antioxidante en la prevención de enfermedades degenerativas.
¿Sabías que...
Al igual que los quesos o los plátanos, las berenjenas contienen unos compuestos llamados aminas que pueden provocar dolores de cabeza en algunas personas sensibles a ellas.
Autora
Iva Marques-Lopes. Dietista-nutricionista. Facultad de Ciencias de la Salud y el Deporte de la Universidad de Zaragoza
Artículo publicado en el número 66 de la Revista 'Corazón y Salud'