Se trata de un pescado plano y sedentario que vive, principalmente, en aguas costeras a no más de 200 metros de profundidad, aunque también le gusta estar en estuarios y rías. La base de su alimentación son los gusanos, los pequeños moluscos y los crustáceos; y se considera un pescado blanco porque sólo aporta 1,5 gramos de grasa por cien gramos.
Alto valor biológico
Aunque la porción proteica no es muy elevada, unos 17 gramos por cada cien gramos, son proteínas de fácil digestión y alto valor biológico, ya que contienen todos los aminoácidos esenciales que el organismo necesita. A su vez, contiene cantidades relevantes de yodo, un mineral indispensable para el buen funcionamiento de la glándula tiroides, que regula un gran número de funciones metabólicas, así como el crecimiento fetal y su desarrollo cerebral. En cuanto al resto de minerales aporta fósforo, calcio, potasio y magnesio en cantidades similares a la de la mayoría de los pescados.
Bueno para la circulación
El lenguado contiene vitaminas del grupo B y especialmente piridoxina, que entre sus múltiples funciones se encuentra la de reducir la acumulación de homocisteína en sangre, algo positivo, ya que esta sustancia dificulta la elasticidad de los vasos sanguíneos y promueve la agregación plaquetaria. Por tanto, disminuir los niveles de homocisteína favorece la elasticidad arterial, mejora la circulación y previene las enfermedades cardíacas y el riesgo de infartos.
Pocas calorías con mucho sabor
Es uno de los alimentos que no debe faltar en una dieta de adelgazamiento, ya que con sus aproximadamente 75 kcal. por cien gramos, y su escaso contenido graso, colabora en la pérdida de peso, al mismo tiempo que aporta los nutrientes necesarios para el organismo, y proteínas de alta calidad y fácil digestión que ayudan a no sentir pesadez estomacal.
Además, ayuda a llevar mejor la dieta porque es un alimento que suele gustar a todo el mundo. La textura de su carne es un importante factor de calidad, que junto con su alto contenido en colágeno, aportan un sabor inigualable al paladar. Si es fresco, la mejor manera de cocinarlo es a la plancha con ajo y perejil, aunque otras maneras apetitosas de prepararlo es en salsa verde o a la meunier.
Aprende a distinguirlo
No siempre es fácil distinguirlo entre los otros pescados, ya que en el mercado pueden encontrarse otras especies muy parecidas, pero de otro género que, en muchas ocasiones, se etiquetan bajo la denominación genérica de lenguado cuando en realidad no lo son. Una de las características que nos puede ayudar a cerciorarnos que lo que compramos es lenguado europeo, es una mancha de color oscuro que se encuentra en la aleta pectoral.
Marca nacional
En el País Vasco se prepara el 'lenguado a la salsa de Txakoli' que consiste en asar el pescado y acompañarlo con una salsa que se elabora con aceite, cebolla, mantequilla, harina, fumet de pescado y Txakoli (vino blanco). En la Comunidad de Madrid es típico el 'lenguado a la madrileña' que sirve el pescado rebozado acompañado de almejas y jamón serrano. La variedad andaluza es el 'lenguado a la gaditana' en la que al lenguado rebozado se le incorpora una guarnición a base de cebolla, ajo, hierbas aro- máticas y aceitunas rellenas.
Para mayores y niños
Por su bajo contenido en grasas, su fácil digestión, su aporte en proteínas y aminoácidos esenciales, y su bajo aporte calórico es un alimento que no puede faltar tanto en los menús de los niños y como de las personas mayores. Y es que resulta uno de los pescados que mejor aceptan los pequeños porque sus filetes no tienen espinas, y su suave sabor no lleva al rechazo. Para hacerlo más atractivo se pueden preparar albóndigas, filetes rebozados o pastel de pescado acompañado de salsa rosa.
En cuanto a los mayores, resulta un pescado que se mastica y traga fácilmente, por lo que es muy apropiado para aquellas personas que sean inapetentes o tengan dificultades en la deglución.
Autora
Marta Figueras. Nutricionista
Artículo publicado en el número 87 de la Revista 'Corazón y Salud'