La Navidad es época de reuniones familiares, fiestas, caprichos culinarios, brindis... Por delante, dos semanas donde nos permitimos casi de todo: comer y beber más de la cuenta, saltarse el gimnasio y dormir menos de lo habitual. La parte menos positiva es que ninguna de esas rutinas es aliada de nuestra salud cardiovascular. Por eso, aunque hagamos algunas excepciones en días muy señalados, los especialistas recomiendan no olvidarnos de mimar nuestro corazón procurando seguir una serie de pautas.
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Disfrutar de las comidas y cenas con moderación. No se trata de decir que no al plato estrella de Nochebuena o dejar pasar rápido la bandeja de turrones para evitar tentaciones sino de comer lo que nos guste con moderación. En estas fechas en las que cambian las rutinas y el corazón se somete a más emociones y tensiones de lo habitual, lo ideal es procurar no abusar de alimentos ricos en grasas que aumenten los niveles de colesterol. Una recomendación especialmente dirigida a las personas con enfermedades cardiovasculares crónicas, a las que conviene especialmente no dejarse llevar por los excesos de la festividad.
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Alcohol, en su justa medida. Recientes estudios han demostrado que tanto la cerveza como el vino son saludables en dosis adecuadas. Respecto al vino tinto, son varias las investigaciones que demuestran que, tomado en dosis moderadas, disminuye el riesgo de enfermedad coronaria mediante la reducción de la producción de lipoproteínas de baja densidad (LDL) y aumento de lipoproteína de alta densidad (HDL). También la cerveza puede llegar a ser una aliada si no bebemos más de la cuenta: en la tercera edición del World Congress Public Health Nutrition celebrado este año en Las Palmas de Gran Canaria los expertos reiteraron los beneficios de esta bebida a la hora de evitar enfermedades cardiovasculares siempre que su consumo se enmarque en un estilo de vida saludable y una alimentación equilibrada.
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Volver cuanto antes a nuestras rutinas. Pasados los días más señalados, conviene regresar a la dieta mediterránea incorporando alimentos bajos en grasas saturadas, colesterol y sodio. También resulta beneficioso incluir en nuestra dieta alimentos ricos en fibra y ácidos grasos esenciales como frutas, verduras, carnes magras, pescado azul, cereales integrales y frutos secos.
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Vigilar el peso. Se calcula que durante estas fechas cada español engorda entre dos y tres kilos. Volviendo a unas rutinas cardiosaludables que incluyan la práctica diaria de ejercicio podremos volver a deshacernos de ellos, pero lo ideal sería no aumentar nuestro peso para mantener a raya uno de los factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular como es la obesidad.
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Procurar dormir bien. El descanso es esencial para el corazón. Sin embargo, en estas fiestas suele verse alterado. Según un estudio publicado por European Journal of Preventive Cardiology, dormir entre siete y nueve horas al día reduce hasta en un 65% el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, mientras que dormir poco se asocia con problemas de sobrepeso, hipertensión o colesterol. Además, los expertos aseguran que mientras dormimos disminuye nuestra presión arterial y se produce una relajación muscular que también afecta a las arterias, lo que resulta positivo para el corazón.