En España más de 800.000 personas están bajo un tratamiento anticoagulante a fin de prevenir la aparición de coágulos en la sangre que podrían derivar en la aparición de enfermedades tan devastadoras como el ictus.
Actualmente existen dos tipos de tratamientos: los anticoagulantes clásicos, en general antagonistas de la vitamina K (AVK), que se deben monitorizar porque a menudo requieren un ajuste en la dosis para asegurar una óptima anticoagulación; y los anticoagulantes de acción directa (ACOD), que no necesitan monitorización y se administran en dosis fijas.
Para conocer y valorar la situación de los pacientes bajo este tipo de tratamientos, Bayer, con la colaboración de la Fundación Española del Corazón, realizó durante el mes de junio de 2017 una encuesta entre más de 800 pacientes y familiares.
Según los resultados de esta encuesta, siete años después del lanzamiento de los primeros anticoagulantes orales de acción directa (ACOD) los pacientes anticoagulados siguen sin conocer mayoritariamente la existencia de esta alternativa terapéutica al alcance de su médico. En concreto, un 60% de los encuestados no sabe que podría optar a otro tratamiento si su facultativo así lo considerase.
Sin embargo, los pacientes tratados con AVK sí son conscientes de los inconvenientes del fármaco que están tomando, especialmente de cómo afecta a su calidad de vida: un 49% siente más preocupación por su salud; seguido muy de cerca por aquellos a los que les incomoda el incremento de visitas al médico o la enfermera (44,6%).
Además, más de la mitad de ellos no sabe qué debe hacer cuando tiene un mal control de la anticoagulación y el 80% valoraría cambiar de tratamiento si su médico así lo aconsejase.
Otro dato significativo es el bajo nivel de conocimiento del indicador INR, que se usa para medir el nivel óptimo de anticoagulación en los pacientes de forma regular. Uno de cada tres pacientes que usa AVK confiesa no conocer qué es el INR y, además, un 22% ni siquiera conoce cuál es el rango para estar bien controlado.
Desconocimiento también entre los familiares
En el caso de los familiares de estos pacientes, alrededor del 40% desconoce qué es el INR o cuál es el rango que implica un buen control de la enfermedad. Esta falta de conocimientos se traduce en que la mayoría de los familiares y amigos de pacientes anticoagulados reconocen no saber qué hacer cuando un enfermo está fuera de rango (52,2%).
Ante esta situación, Bayer, en colaboración con la FEC, apoya una campaña para concienciar a la población general y, en especial, a los pacientes anticoagulados y sus familiares, sobre la importancia del buen control en la anticoagulación y para recordar la necesidad de consultar con un profesional sanitario si no se consigue este buen control a fin de informase sobre las alternativas terapéuticos disponibles para su médico.
Para conocer más sobre el INR y sus valores adecuados puedes consultar esta web con toda la información de la campaña.