La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que la hipertensión afecta a mil millones de personas en todo el mundo. Sus consecuencias son graves, ya que es una de las principales causas de insuficiencia cardiaca y renal.
También puede producir angina de pecho además de propiciar la ateroesclerosis o incluso trombos que lleguen a causar infarto de miocardio o cerebral. En el peor de los casos, la hipertensión arterial puede reblandecer las paredes de la aorta y provocar un aneurisma.
Para evitar esas situaciones, la herramienta más eficaz es la prevención.
Pero, ¿cuáles son los valores que pueden servirnos de indicadores para saber si nuestra presión arterial es la correcta? Según el colectivo médico, estas cifras pueden orientarnos:
- Presión arterial (PA) ideal: igual o inferior a 120/80 mmHg
- PA Normal: igual o inferior a 135/85 mmHg
- PA normal alta: 136-139/86-89 mmHg
- HTA grado I: igual o superior a 140/90 mmHg
- HTA grado II: igual o superior a 160/100 mmHg
- HTA grado III o severa igual o superior a 180/110 mmHg
Si mantenemos la hipertensión a raya eliminamos un factor de riesgo cardiovascular importante. Por eso es recomendable hacer todo lo que esté en nuestra mano para controlarla. Estas son algunas de las medidas más eficaces:
Evita el tabaco
Fumar incrementa tanto la presión arterial como la frecuencia cardiaca. Por eso abandonar el tabaco es una de las medidas más efectivas contra la hipertensión si se combina con otros hábitos cardiosaludables.
Restringe el alcohol
El consumo excesivo de alcohol aumenta la presión arterial además de que provoca otras alteraciones perjudiciales para la salud cardiovascular.
Vigila tu peso
La obesidad y el sobrepeso favorecen la aparición de la hipertensión. Por eso es fundamental controlar el peso. Las siguientes medidas te ayudarán a ello.
Alimentación equilibrada
Restringir la sal, el azúcar y el consumo de grasas saturadas y seguir una dieta rica en frutas, verduras, legumbres y pescados combinados con aceite de oliva como grasa principal ayuda a controlar la hipertensión.
Ejercicio frecuente
El deporte es uno de los mejores aliados de la salud, y uno de sus beneficios es precisamente que ayuda a combatir la hipertensión. La práctica de ejercicio de forma regular y a la intensidad adecuada consigue bajar las cifras de presión arterial.
En caso de que las medidas anteriores no sean suficientes, la opción es combinarlas con tratamiento farmacológico. Entre los fármacos antihipertensivos prescritos por los especialistas se encuentran diuréticos, inhibidores del sistema renina angiotensina (IECA), antagonistas de los receptores de angiotensina (ARA-II), calcioantagonistas, betabloqueantes o la asociación de distintos fármacos.