Cada día, alrededor de 10 niños nacen una cardiopatía congénita, la patología congénita que más afecta a los recién nacidos en nuestro país. Se calcula que afectan al 1% de la población, pero ni todas son iguales ni se tratan de la misma forma. Lo que sí tienen en común es que los avances en su diagnóstico y tratamiento han mejorado tanto el pronóstico que actualmente más del 80% de niños afectados sobreviven hasta la edad adulta.
En España, se estima una prevalencia de las cardiopatías congénitas del 0,8% de la población al nacimiento y de un 0,3% en la población adulta. Esto supone que para la población actual de 46 millones, de los que 30 millones tienen 18 años o más, el número estimado de adultos con cardiopatía congénita estaría en torno a 120.000. Hoy, Día Internacional de las Cardiopatías Congénitas, respondemos a las preguntas más frecuentes sobre ellas.
¿Qué son?
Las cardiopatías congénitas son un grupo de enfermedades caracterizado por la presencia de alteraciones estructurales del corazón producidas por defectos en la formación del mismo durante el periodo embrionario.
¿Cuántos tipos de cardiopatías congénitas hay?
Existen más de cincuenta tipos diferentes de cardiopatías congénitas pero pueden clasificarse en tres grandes grupos:
- Cortocircuitos izquierda derecha. Son aquellas en las que se produce un defecto en las estructuras cardiacas que separan la circulación sistémica de la pulmonar, produciéndose el paso de sangre de la primera a la segunda. En este grupo se encuentran la comunicación interauricular, la comunicación interventricular y el ductus arterioso persistente, entre otras.
- Lesiones obstructivas. Dificultan la salida de la sangre de las cavidades cardiacas. Entre ellas están las estenosis aórtica y pulmonar y la coartación aórtica.
- Cardiopatías congénitas cianóticas. Impiden la adecuada oxigenación de la sangre que llega a los tejidos, por lo que aparece cianosis (amoratamiento de labios o lechos ungueales) al mezclarse la sangre venosa con la arterial. Las más frecuentes son la transposición de grandes vasos, la tetralogía de Fallot y el ventrículo único.
¿Qué tratamiento es el más adecuado?
La sintomatología depende del tipo de cardiopatía del que estemos hablando, por lo que la manifestación de una cardiopatía es muy variable. Tanto que en algunos casos son asintomáticas y no requieren de tratamiento - las más banales pueden pasar desapercibidas hasta la edad adulta-, mientras que en otros ocasionan síntomas severos y precisan corrección quirúrgica durante las primeras semanas de vida.
Se puede sospechar que es posible que exista una cardiopatía congénita cuando hay síntomas sugestivos (insuficiencia cardiaca, cianosis…) o cuando se detectan alteraciones características en la exploración física (soplos, arritmias…). Respecto a los soplos cardiacos cabe destacar que no todos son producidos por una cardiopatía congénita, ya que los llamados soplos funcionales o inocentes aparecen en corazones normales y no tienen implicaciones negativas.
El tratamiento de las cardiopatías congénitas, cuando se precisa, suele ser quirúrgico. En algunos casos, la alteración puede corregirse con una única intervención quirúrgica, pero en las cardiopatías congénitas más complejas puede ser necesaria la realización de varias cirugías.
¿Cómo se detectan?
Las cardiopatías congénitas suelen producir alteraciones en el electrocardiograma y la radiografía de tórax, pero la prueba diagnóstica fundamental es la ecocardiografía, que permite diagnosticar y evaluar la gravedad de la mayoría de ellas. En ocasiones puede ser necesario realizar un cateterismo cardiaco. La mayoría se diagnostican antes del parto, en los estudios rutinarios que se realizan a todas las embarazadas. Sin embargo, algunas cardiopatías congénitas únicamente se detectan en el momento del nacimiento o poco después.