Pérdida súbita de visión, dificultad para expresarse verbalmente, pérdida de sensibilidad en una parte del cuerpo, dolor de cabeza repentino e intenso sin causa aparente, vértigo acompañado de desequilibrio o caídas… Son algunos de los posibles síntomas, que pueden aparecer o no juntos, del ictus, la principal causa de muerte y discapacidad para las mujeres que afecta también en una alta proporción a los hombres.
De hecho, la prevalencia de esta patología es cada vez más alta en la población occidental: solo en España se producen en torno a 125.000 ictus al año, y cada 15 minutos muere una persona en nuestro país como consecuencia de ello. Sin embargo, es posible reducir esas cifras y evitar la aparición de esta enfermedad cerebrovascular si nos apoyamos en la prevención. Por eso celebramos el próximo 29 de octubre, Día Mundial del Ictus, recordando que un estilo de vida saludable que incluya ejercicio diario, alimentación cardiosaludable y abandono del tabaco, es la herramienta más eficaz para combatir esta patología.
¿Qué lo causa?
De los 125.000 casos anuales de ictus que se producen en España, la mayoría, concretamente el 75%, se producen por una falta de riego a un territorio del cerebro (ictus isquémico). Y a su vez, esta circunstancia se da por una de estas tres causas:
- Causa embólica cardiaca: un trombo que se forma en el corazón (en muchas ocasiones producido por una fibrilación auricular u otras cardiopatías no tratadas) y que viaja desde el corazón hasta las arterias del cerebro, taponándolas.
- Causa embólica de otro territorio vascular: placas de ateroma (aterosclerosis) de otros territorios arteriales que también ocluyen las arterias más distalmente.
- Causa trombótica: la formación de trombos locales dentro de las arterias cerebrales, que en algunos casos se originan por alteraciones de la sangre, como los llamados "síndromes de hipercoagulabilidad".
¿Cómo evitarlo?
Además de no fumar, seguir una alimentación saludable como la basada en la dieta mediterránea, hacer al menos media hora de ejercicio diario, descansar y conocer para poder controlar las cifras de colesterol, glucosa, tensión y peso, los pacientes que toman fármacos anticoagulantes que son antagonistas de la vitamina K deben revisar periódicamente su INR, un valor que mide el tiempo que tarda la sangre en coagularse. La cifra determina si la anticoagulación es incorrecta, situación en la que se pueden producir trombosis; excesiva, cuando es posible que se originen hemorragias; o está en el valor adecuado, lo que se corresponde con un INR de entre 2 y 3.