La hipertensión es uno de los factores de riesgo cardiovascular más frecuentes, además de una patología que puede resultar peligrosa. Se traduce en que supone una mayor resistencia para el corazón, por lo que este aumenta la masa muscular (hipertrofia ventricular izquierda) para hacer frente a ese sobreesfuerzo. Y como el incremento de la masa muscular no viene acompañado de un aumento similar del riego sanguíneo, la consecuencia es que puede producir insuficiencia coronaria y angina de pecho. Otro posible efecto de la hipertensión es que el músculo cardiaco se vuelve más irritable, por lo que hay más probabilidades de que se produzcan arritmias.
Además, en pacientes que ya han tenido un problema cardiovascular, la hipertensión puede intensificar el daño, sin contar con que propicia aterosclerosis y trombosis, que pueden acabar produciendo infarto de miocardio o infarto cerebral. Incluso es posible que la hipertensión reblandezca las paredes de la aorta y cause su dilatación o rotura.
De ahí que mantenerla a raya sea crucial para disfrutar de una buena salud cardiovascular. Para lograrlo debemos conseguir que la presión arterial no supere determinados valores. Según las Guías Europeas de Hipertensión Arterial, los valores de presión arterial sistólica iguales o superiores a 140 mmHg y/o valores de presión arterial diastólica iguales o superiores a 90 mmHg se consideran hipertensión, por lo que debemos mantener nuestra presión arterial por debajo de esas cifras. De hecho, la cifra de presión arterial a alcanzar en el tratamiento de la hipertensión es de 130/80 mmHg, o incluso menor si se trata de pacientes mayores de 65 años, para quienes la presión arterial sistólica debe bajarse a un rango de 120-129 mm Hg.
Cómo medirla
Es importante tener como referencia esas cifras para tomar medidas en caso de que las superemos. En nuestra visita al ambulatorio podemos solicitar que nos tomen la tensión, pero también podemos hacerlo de forma ambulatoria en nuestra propia casa siempre que sepamos realizar la medición de tensión correctamente. Para ello, hay que seguir las siguientes indicaciones:
- Debemos tomar tres medidas, con una separación temporal entre una y otra de al menos uno o dos minutos. La cifra de presión arterial será la media de las dos últimas medidas (desechando la primera).
- La presión arterial varía a lo largo del día por lo que lo ideal es hacer la medición siempre a la misma hora.
- Es importante procurar estar relajado, además de no beber, comer, fumar o hacer ejercicio físico la media hora anterior.
- Se recomienda no hablar durante la medición.
Prevención y tratamiento
Para prevenir la aparición de la hipertensión es muy importante seguir un estilo de vida saludable: no fumar, evitar el alcohol, controlar el peso manteniendo una alimentación equilibrada y hacer ejercicio frecuente nos ayudarán a que la hipertensión no aparezca. En caso de que lo haga, debemos acudir al médico y sumar a estas medidas tratamiento farmacológico si es necesario.